El Radar
Por Jesús Aguilar
Al margen de los conflictos que se han suscitado alrededor de las reformas empujadas por AMLO y aterrizadas por el nuevo congreso y la Presidencia de Sheinbaum ayer sucedió algo significativo y que debe dar calma a los mercados pues muestra la otra parte de Claudia, la de la discreta negociación positiva.
Ayer se relanzó del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) en México, firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum y la iniciativa privada, que tiene como objetivo mantener el precio de la canasta básica estable y asequible para los consumidores.
En esta nueva fase del acuerdo, el costo de la canasta, compuesto por 24 productos esenciales, se ha reducido en casi 200 pesos, bajando de 1,039 pesos a 910 pesos por 24 productos. Este precio se mantendrá por un periodo de seis meses, sujeto a revisiones mensuales, como parte del esfuerzo para mitigar el impacto de la inflación sobre las familias mexicanas.
Este acuerdo implica la colaboración de grandes empresas productoras y distribuidoras, incluyendo marcas como Bimbo, Maseca y Bachoco, que se comprometen a no incrementar los precios de productos clave como tortillas, arroz, frijoles, huevo, y carnes. Además, el gobierno mantendrá precios estables en otros servicios básicos, como el gas LP y la electricidad, y controlará los costos de los peajes de carreteras.
Sobresale el tema de Bimbo que liderado por la familia Servitje ha tenido siempre una postura conservadora “real” incluso cercana al Opus Dei y al tiempo es un titán del empresariado mexicano que tiene muchas submarcas como Barcél, Tía Rosa, Sanissimo, Milpa Real, Oroweat, Lonchibón y Suandi y su “competidor” directo Wonder, y con presencia en 35 países de Europa, Asia, Africa y América, donde domina el mercado de pan de caja con 2 etiquetas entre las 5 más vendidas.
El PACIC representa una estrategia para mitigar la inflación y proteger la economía familiar en un contexto de alta inflación global. Aunque los efectos positivos son esperados, el éxito a largo plazo dependerá de la capacidad del gobierno y las empresas para abordar los desafíos subyacentes que afectan la producción y distribución de estos bienes esenciales.
En lo práctico Claudia tuvo que sentarse con los mandamáses de la iniciativa privada a quien los convenció de mejorar las condiciones que dejó AMLO, y que hablan de que genera más confianza que su antecesor, pero no deja de ser una negociación y en eso se sintió el segundo micro sismo real en la relación de los mandamáses históricos de la 4T, el anterior fue justo al inicio de semana cuando se aprobó otro cambio en la constitución para darle más facultades a la Secretaría de Seguridad federal que encabeza uno de los malqueridos de AMLO, Omar García Harfush.
La otra noticia que tambalea el tablero de “estabilidad” de la arrolladora 4T fue la votación que reeligió a Rosario Piedra como la Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Ojo, la Presidenta Sheinbaum no la quería y se dividió el voto entre la bancada del Senado… Rosario Piedra había incluso decepcionado a todos, entregando como argumento para su confirmación 5 años más en el puesto (en el que no ha hecho nada) una carta de respaldo APÓCRIFA del obispo emérito Raúl Vera. La hija de la histórica luchadora Rosario Ibarra de Piedra, no tiene ningún mérito más que su apellido, pero es una dócil entenada del tabasqueño y su reelección es un coletazo de López Obrador quien ordenó a sus huestes coordinadas por Adán Augusto López que la mantuvieran sí o sí. Tania Ramírez quien es la directora de la Red por los Derechos de la Infancia, era la más importante candidata y fue bloqueada y en eso tristemente perdió Claudia pero al menos ya hay distancia y conflicto real entre una aplanadora acomodaticia y que tendrá que terminar por deslindarse o aceptar ser la “corriente tabasqueña” que se exhiba entre la razón y la necesidad post obradorista de seguir mangoneando todo.