El tifón Shanshan, que se aproxima a la isla de Kyushu en Japón, está causando estragos con lluvias intensas y vientos extremadamente fuertes. Con ráfagas que alcanzan hasta 252 km/h, equivalentes a la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, el tifón ha llevado a la suspensión de la producción en las 14 fábricas de Toyota en el país.
El portavoz del gobierno japonés, Yoshimasa Hayashi, advirtió que Shanshan podría tocar tierra en Kyushu con una intensidad inusualmente alta, trayendo consigo vientos violentos, olas enormes y tormentas extremas. Este fenómeno ha dejado ya un rastro de fuertes lluvias en gran parte de Japón.
En la ciudad de Gamagori, un deslizamiento de tierra provocado por las lluvias arrasó una vivienda, resultando en la desaparición de dos personas, mientras que tres fueron rescatadas. La Agencia Meteorológica de Japón prevé que el sur de Kyushu reciba hasta 500 milímetros de lluvia en 24 horas hasta el jueves, con un total acumulado de 600 milímetros para el viernes.
Debido al tifón, se han emitido avisos de evacuación para 810,000 personas en la prefectura de Shizuoka, en la isla principal de Honshu, y para 56,000 en Kagoshima, en Kyushu. Además, Japan Airlines ha cancelado 112 vuelos locales y seis internacionales, mientras que ANA ha suspendido 112 vuelos locales entre el miércoles y el viernes.
Los servicios de trenes entre Tokio y Fukuoka podrían verse afectados según la evolución del clima. Este tifón sigue a otro, el Ampil, que a mediados de agosto también causó la cancelación de numerosos vuelos y trenes, aunque sin grandes daños ni heridos graves. Los tifones en la región están aumentando en frecuencia y severidad, según recientes estudios sobre el impacto del cambio climático.