Con esta reforma se abren los espacios a los jóvenes con una política incluyente.
Por considerar necesario abrir los espacios a los jóvenes con una política incluyente, dando oportunidad para que expresen sus ideas y sus intereses y se haga por medio de su participación activa, el pleno del Congreso del Estado aprobó reformar el artículo 77 en su fracción II, de la Ley de la Persona Joven para el Estado y Municipios de San Luis Potosí.
El objetivo es establecer que, para ostentar el cargo de director general del Instituto Potosino de la Juventud, deberá fijarse un límite máximo de edad, que deberá ser de 35 años a la fecha de ocupar ese puesto.
El diputado Alejandro Polanco Acosta señaló que es de vital importancia que la persona que tenga el cargo de titular del Instituto Potosino de la Juventud, deba tener un límite máximo de edad de treinta y tres años a la fecha de ocupar el cargo, porque existe la certeza que una persona con esta edad reúne los requisitos, identidad y empatía con los jóvenes, inspirando a éstos, a través de la inclusión en la toma de decisiones en los temas que les resultan trascendentes para su desarrollo.
Dijo que en la actualidad se ha permitido que todos los jóvenes tengan la oportunidad de estar enterados, a través de los medios electrónicos de comunicación, periodísticos, informativos, etcétera, convirtiéndose en elementos que han llevado a una gran parte de la juventud, a que estén íntimamente involucrados en los problemas sociales y políticos de nuestra sociedad.
“La juventud constituye una fuerza vital, en el apogeo de la experiencia y de las expectativas, los jóvenes poseen las aspiraciones características de ese momento de la vida. No deben perder su potencial y su energía en el momento de la exclusión”, expuso el diputado Alejandro Polanco.
Dijo que es preciso potenciar el papel de los jóvenes, con el fin de que se conviertan en personas responsables y comprometidas y promover el desarrollo de los jóvenes requiere de cambiar la visión anacrónica que piensa en la juventud como sinónimo de inmadurez, para transitar hacia el reconocimiento de sus capacidades y lograr el ejercicio de sus derechos como ciudadanos.
“Es necesario abrir los espacios a los jóvenes con una política incluyente; dar oportunidad para que expresen sus ideas y sus intereses; y que mejor que se haga por medio de su participación activa”, indicó.
Fuente: El Exprés