La peregrinación anual a La Meca ha sido escenario de una tragedia debido a las extremas condiciones de calor, con al menos 600 egipcios fallecidos durante el hach este año. Según un diplomático árabe, todas las muertes recientemente confirmadas se atribuyen directamente a las altas temperaturas, que alcanzaron los 51.8 °C. Estos informes reflejan la severidad de las condiciones climáticas enfrentadas por los peregrinos musulmanes en uno de los ritos más importantes del Islam, obligatorio para aquellos que pueden permitírselo realizar al menos una vez en la vida. Autoridades sauditas han tratado a más de 2,700 peregrinos por enfermedades relacionadas con el calor hasta ahora, destacando la complejidad y los riesgos de realizar los rituales bajo estas circunstancias extremas.
