Estoy consiente de los cambios estructurales que se están gestando en el país, pero por motivos personales utilizaré este espacio para expresar ciertos aspectos que, a criterio propio, se dejan de lado en nuestras vidas para sumirse de lleno a la monotonía y cotidianidad.
A lo largo de la vida existen distintas etapas y momentos, diversas religiones abordan el tema y explican cómo cada suceso tiene un significado espiritual y cada acción genera una reacción. Lamentablemente el sistema económico y social en el que vivimos hoy en día no nos permiten disfrutar los placeres y regalos que nos rodean. Desde mi perspectiva como joven y estudiante, así como de la constante interacción que tengo con compañeros y amigos ma he percatado que a veces queremos que la vida avance más rápido o pensamos en la etapa que sigue y no nos permitimos vivir el momento.
La vida no tiene como propósito la vanidad, el reconocimiento, el poder económico o político, todo lo contrario, las acciones desinteresadas y realizadas por el bien común tienen una mayor repercusión e impacto y precisamente esas son las que nos marcan y permanecen generaciones tras generaciones y nos llenan de satisfacción. El velar por el interés particular no es vivir en comunidad, no es estar dispuesto a servir a los demás y si en este plano no utilizamos nuestros dones, conocimientos y aprendizajes al beneficio de quien lo necesite ¿Qué sentido tiene?
Es importante reflexionar y reconsiderar si los pasos que estamos dando van hacia el camino que verdaderamente queremos. Si caminamos por caminar no sabemos qué dirección le estamos dando a nuestras vidas, es de suma importancia permitirnos el conocernos y saber lo que queremos y en lo que podemos aportar, hay que trascender para transformar y dejar de ser esas ovejas que siguen las corrientes, el pensamiento crítico, el cuestionar el entorno que nos rodea y el reflexionar el porqué de las cosas nos permitirá entender nuestra realidad y el comprender hacia dónde vamos.
Mi deseo que quiero transmitir a ustedes, amigos y familiares que se toman el tiempo de leer mis pensamientos de cada viernes es que disfruten lo que hagan, vive la vida para ser tú y para ser feliz, ya basta de estereotipos e ideales, vive la vida y ama con el corazón a las personas que te rodean, descubre tu camino y llega a la felicidad.
Cierro esta columna dirigiéndome a la persona que me ha inspirado a ser agente de cambio y contribuir al crecimiento y bien de la comunidad que me desenvuelvo, mi papá. Papá a lo largo de estos 21 años me permitiste aprender de ti, me guiaste y me ayudaste a convertirme la persona que soy hoy en día, has sido luz en la vida y el camino de muchas personas a lo largo de esta vida, me llena de orgullo decir que eres mi papá y te agradezco enormemente por todo, te llevo siempre en mi mente y mi corazón y espero seguir honrando tu legado. Mi amor y respeto incondicional hoy y siempre y que Dios siga guiando tu camino.
Alan Imanol García Méndez.