Un tribunal laboral de Reino Unido dictaminó que llamar a un hombre “calvo” es acoso sexual.
Se trata de un caso con distintas aristas laborales en el que Tony Finn, un electricista de 64 años, acusó que fue víctima de acoso sexual cuando un compañero de trabajo le insultó llamándolo “gordo calvo”.
Tras poner el caso ante la justicia, según recogió The Sun, un panel revisor -compuesto por personas con problemas foliculares- de Sheffield estuvo de acuerdo en la acusación, comparándolo a cuando alguien menciona los senos de una mujer.
En el fallo se consideró que el insulto “fue una violación de la dignidad del demandante, creó un ambiente intimidante para él y se relacionó con el sexo del demandante“ y que el llamarlo “calvo” está “inherentemente relacionado con el sexo”.
Lo anterior apuntando que “existe una conexión entre la palabra calvo y la característica protegida del sexo del otro. Tanto las mujeres como los hombres pueden ser calvos. Sin embarago, como los tres miembros del tribunal garantizan, la calvicie es mucho más frecuente en los hombres que en las mujeres“.
Tony Finn fue despedido en mayo de 2021 del British Bung Company, tras haber trabajado por 24 años y tener un “historial intachable” y, tras esto, puso el caso ante tribunales.
Con la consideración del tribunal, Finn espera avanzar en una compensación a su favor tras ganar las demandas por despido improcedente, despido injustificado y ser objeto de acoso sexual.
t13