El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el pasado 20 de enero la orden ejecutiva que clasifica como organizaciones terroristas a varios cárteles de droga, instruyendo al secretario de Estado, Marco Rubio, a evaluar e implementar la decisión en un plazo de 14 días.
Como resultado, el Departamento de Estado anunció oficialmente que seis cárteles mexicanos han sido designados como organizaciones terroristas trasnacionales. La lista incluye al Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Noreste, Cártel del Golfo, Cárteles Unidos y la nueva Familia Michoacana.
El documento, que entrará en vigor tras su publicación en el Registro Federal de Estados Unidos, también señala a la organización criminal venezolana Tren de Aragua y a la Mara Salvatrucha como amenazas similares para la seguridad estadounidense.
De acuerdo con la orden ejecutiva, la designación se justifica porque los cárteles representan una amenaza mayor a la delincuencia organizada tradicional, operando con tácticas de insurgencia y guerra asimétrica, infiltrando gobiernos en el hemisferio occidental y manteniendo vínculos con grupos terroristas internacionales y gobiernos hostiles.
El documento subraya que estas organizaciones han llevado a cabo una campaña de violencia y terror que no solo ha desestabilizado países estratégicos para Estados Unidos, sino que también ha provocado la entrada de drogas, pandillas y criminales violentos a su territorio.
Según la orden, en varias zonas de México los cárteles han tomado el control de aspectos fundamentales de la sociedad, funcionando como gobiernos paralelos. Además, se afirma que sus actividades y su proximidad con Estados Unidos representan un riesgo inaceptable para la seguridad nacional.
Finalmente, el documento enfatiza la necesidad de eliminar completamente la presencia de estas organizaciones dentro de Estados Unidos y desmantelar sus estructuras de mando y control fuera del país, con el objetivo de proteger a la población y garantizar la seguridad territorial.