TRUMP EL BERRINCHUDO PROTECCIONISTA

DESTACADOS, OPINIÓN, RADAR

El Radar

Por Jesús Aguilar

X @jesusaguilarslp

El reciente anuncio y firma de una orden ejecutiva de Donald Trump sobre la imposición de un arancel del 25% a los productos de acero y aluminio importados a Estados Unidos marca otro capítulo en su narrativa proteccionista. 

Esta política, que en su primer mandato ya había generado controversia, no solo impactará a socios comerciales clave como Canadá, México y China, sino que también podría tener consecuencias inesperadas para la propia economía estadounidense.

El economista Paul Krugman ha advertido repetidamente sobre los peligros del proteccionismo extremo: “El libre comercio no es una amenaza, sino un motor de crecimiento. Obstaculizarlo con aranceles puede generar efectos inflacionarios y daños a sectores que dependen de insumos importados”. En este caso, el encarecimiento del acero y el aluminio podría trasladarse a la industria automotriz, de la construcción y manufactura en general, afectando tanto a empresas como a consumidores.

Sigue siendo además un llamado solo a sus fieles e incondicionales, esa feligresía inculta, rabiosa y violenta que clama por incluso el regreso de un Estados Unidos supremacista en todos los sentidos, y sobre los que quiere hacer pesar toda la gravedad de sus decisiones.

Para México, el golpe no sería menor. Con exportaciones de acero y aluminio hacia Estados Unidos que superan los 7 mil millones de dólares anuales, el impacto en estados como Nuevo León, Michoacán, Coahuila y Veracruz sería considerable. “El efecto inmediato será un freno en la inversión y una posible pérdida de empleos en sectores altamente dependientes de estos insumos”, señala la analista en comercio internacional Luz María de la Mora.

Si a eso agregamos que ayer volvió a impulsar la idea de imponer aranceles a los autos construidos en México, el panorama nacional y estatal entran en ansiedad.

Además de las implicaciones económicas, la decisión de Trump también responde a cálculos políticos. Estados clave en su base electoral, como Indiana, Ohio y Pensilvania, dependen en gran medida de la producción de acero. 

“Este movimiento es un mensaje directo a su electorado en un año electoral”, explica el politólogo Ian Bremmer. Sin embargo, la historia ha demostrado que este tipo de medidas pueden resultar contraproducentes. En 2018, cuando Trump impuso aranceles similares, México y Canadá en el previo, durante los primeros días de este mes, respondieron con represalias comerciales, lo que llevó a negociaciones prolongadas que finalmente obligaron a Estados Unidos a dar marcha atrás.

El profesor de relaciones internacionales Dani Rodrik advierte que “la globalización no puede revertirse fácilmente sin causar graves daños”. De hecho, el proteccionismo de Trump no ha logrado su promesa de traer de vuelta las industrias manufactureras a Estados Unidos. Al contrario, ha generado incertidumbre en los mercados y tensiones con aliados históricos.

Ante esta nueva amenaza, el gobierno de México podría responder con medidas similares a las de 2018, aplicando aranceles a productos sensibles para la economía estadounidense, como el maíz, la carne de cerdo y otros bienes provenientes de estados republicanos. “México tiene herramientas para defenderse, pero debe actuar con estrategia y diplomacia”, sugiere el exnegociador del T-MEC, Kenneth Smith Ramos.

En última instancia, la política de Trump parece estar más guiada por una visión electoralista que por una comprensión real de la economía global. “El problema con el proteccionismo extremo es que termina aislando a la economía en lugar de fortalecerla”, concluye Krugman. Mientras el mundo sigue avanzando hacia una mayor interdependencia económica, las medidas de Trump parecen un intento de imponer un orden basado en su narrativa populista, sin considerar su viabilidad a largo plazo.

El principal opositor de peso para el estilo impuesto por AMLO en su régimen continudado, y de peso completo, dirían los proclives al box, es TRUMP, la irónica coincidencia termina siendo que en sus ocurrencias y estilo, en su falta de respeto e invasión a otros poderes, como el judicial que lo ha querido detener y al que pretende pasarse por el arco del triunfo se parece, bueno, a ya saben quien…

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