El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido dar marcha atrás en las tarifas arancelarias del 25% que impuso a la industria automotriz internacional. Esta medida busca mitigar los impactos negativos que los aranceles han tenido en la economía estadounidense.
La Casa Blanca confirmó que Trump firmará una nueva orden ejecutiva que modificará los aranceles, en un intento por mejorar la situación en el sector automotriz. El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bassent, comentó que la administración está trabajando para reducir los efectos negativos sobre la producción de vehículos, tanto en el país como a nivel internacional.
El impacto de los aranceles y el cambio de estrategia
El cambio de postura del presidente se produce en un contexto de creciente impopularidad entre los estadounidenses. Muchos consideran que las tarifas impuestas están afectando la economía, lo que podría llevar a una posible recesión. A pesar de esto, los funcionarios de la Casa Blanca aseguran que la inflación y el desempleo han disminuido gracias a las tarifas.
La vocera presidencial, Karoline Leavitt, señaló que la nueva orden traerá “alivio” a la producción y el consumo de automóviles, sin ofrecer detalles sobre el contenido exacto de la medida. Además, recordó que la estrategia de Trump para sus primeros 100 días de gobierno se basa en tres ejes: desregulación, independencia energética y reducción de impuestos.
Posible acuerdo con otros países
Aunque no se ha confirmado si los países como México y Canadá, que están exentos temporalmente de los aranceles por el Tratado de Libre Comercio (T-MEC), seguirán beneficiándose de esta medida, Bassent destacó que Trump espera negociar acuerdos con varias naciones antes de que expire el plazo de 90 días de las tarifas.
Rechazo y planes en el Congreso
A pesar de la decisión de reducir los aranceles, la aprobación de Trump ha caído drásticamente, con un rechazo que oscila entre el 53% y el 58%, según encuestas. En el Congreso, los republicanos están trabajando en una ley que incluirá reducciones fiscales para grandes empresas y subsidios a sectores industriales, además de medidas más estrictas en seguridad nacional y migración.