En un nuevo episodio de la creciente tensión económica entre Estados Unidos y China, el presidente Donald Trump anunció este lunes un aumento inmediato de los aranceles a productos chinos, elevándolos al 125%. Esta medida surge como respuesta directa a la decisión del gobierno de Beijing de imponer gravámenes del 85% sobre bienes estadounidenses, en represalia por tarifas previas de Washington.
“Esto es una falta de respeto total a Estados Unidos. No lo vamos a tolerar. Si China quiere jugar duro, nosotros jugaremos más duro”, expresó Trump durante un mitin en Ohio, donde reiteró su postura proteccionista para proteger la industria norteamericana.
La decisión podría tener un fuerte impacto en sectores como el tecnológico, automotriz y agrícola, además de provocar una nueva ola de volatilidad en los mercados globales. Analistas internacionales advierten que esta escalada puede dañar no solo la relación comercial entre las dos potencias, sino también afectar la economía mundial en un año de alta sensibilidad política por las elecciones presidenciales en EE.UU.
