Tuitear sin leer: Nuevo deporte olímpico

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Nadie que escriba un blog en junio de 2013 aspira a que el lector -que ahora se llama usuario porque Internet se usa, no se lee-, llegue hasta la última línea.

Yo tampoco. De hecho es posible que a estas alturas (tercera línea) muchos ya hayan abandonado o estén a punto de hacerlo.

 La mayoría solo se desplazará su cursor hasta la mitad de este post.

Según los cálculos de Chartbeat, una compañía que se dedica a observar el comportamiento de los lectores on line en tiempo real, por cada 161 personas que entran en una página, alrededor de 60 (un 38%) se larga sin leer una línea del primer párrafo.

En el segundo párrafo quedarán unos 100, de ellos cinco no llegaran al tercero. Y muchos de los que lo hagan dejarán de leer para irse a tuitear un artículo que aún no saben cómo termina. En el cuarto párrafo alguno de los que resista se irá a la sesión Comentarios a señalar que echa en falta que el autor no haya comentado un asunto que se trata en el párrafo siguiente, pero él no ha tenido paciencia para llegar allá.

Todo esto que era una intuición, fruto, entre otras cosas, de mi propio comportamiento, se ha confirmado con las teorías de Jakob Nielsen, un experto en usabilidad (Web usability) que es quien afirma que los usuarios son egoístas (selfish), vagos (lazy) y despiadados (ruthless).  Aquí lo tienen por si alguien le quiere poner cara.

Según Nielsen, la mayoría de ustedes entrarán, pongamos por caso a este blog, sin la más mínima intención de leer, así que escanearán de arriba a abajo y si no encuentran lo que buscan se largarán. ¡Anda que no hay cosas que hacer en Internet! Es la ley de la selva. No hay segundas oportunidades. El proceso no durará más de dos minutos.

Se mueven por Internet como aves de rapiña, olisquean -sólo devoran hechos-, y si no avistan comida siguen la ronda. Son Informavores, organismos que consumen información, siempre que no sea aburrida y no sea presentada en párrafos de más de seis líneas”. Los estudios de Eye-Tracking demuestran que los lectores tienen la peligrosa tendencia de pasar por encima de los grandes bloques de texto. (Voy por cinco líneas, así que pongo punto y aparte).

La revista Slate habla en el artículo You won’t finish this article (Usted no terminará este artículo) con Josh Schwartz, analista de tráfico y datos on line para ChartBeat, y este experto confirma la peor de las previsiones. A saber: “A la gente le cuesta cada vez más concentrarse, y mientras más palabras escriba perderá lectores a un ritmo más rápido”.

La proporción es esta: Por cada 100 lectores que se van 50 se quedan. La mayoría deslizará el cursor solo hasta la mitad del artículo y no dará más oportunidades. Uno se lo juega todo en el titular y en la foto. Los únicos artículos que merecen ser vistos por encima de arriba a abajo son aquellos en los que hay fotos y vídeos.

Vean en este gráfico el comportamiento de los lectores en tiempo real.

 

 

Otra intuición que muchos teníamos, y que han demostrado los gráficos de Chartbeat es la compulsión por recomendar artículos en Twitter que no hemos leído. Estos analistas estudiaron la relación entre el número de tuits que conseguía un post y las personas que había llegado con el cursor a sus líneas finales, y llegaron a la conclusión de que nada es lo que parece: Un artículo que ha sido tuiteado muchas veces no tiene por qué haber sido el más (y sobre todo) el mejor leído. Ni un artículo al que muchos lectores le hayan dedicado tiempo y concentración tiene que ser el de más éxito en Twitter. ¿Un caso clásico de postureo? 

Este es el fenómeno representado en un gráfico

 

 

Uno de los pilares de la teoría de Jakob Nielsen es que los lectores/usuarios no son los que tienen que cambiar. ¿Por qué deberían querer hacerlo? El problema es de los que escriben en Internet. Según este experto la fórmula para atrapar a la gente es sencilla. Vean:

  • Hacer listas y usar estos puntitos indiscriminadamente
  • Emplear abundancia de negritas y subtítulos para ayudarles con la dispersión
  • Hacer oraciones cortas
  • Plantear una idea por párrafo
  • Prescindir de los juegos de palabras
  • Minimizar las reflexiones profundas sobre cualquier tema porque producen oraciones larguísimas y complicadas como ésta
  • Emplear la mitad de las palabras que se usarían en la escritura convencional

Finalmente cruzar los dedos y confiar en que los milagros existen.

PD. Luego no se quejen los queridos lectores de la profusión de listas en Internet sobre lo humano y lo divino.

 

 

http://blogs.elpais.com/antiguru/2013/06/los-lectores-ustedes-son-ego%C3%ADstas-vagos-y-despiadados.html

 

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