En la sexta reunión del grupo Fundadores, celebrada ante una nutrida asistencia, participó el exgobernador de Oaxaca y político mixteco Ulises Ruiz Ortiz, quien lanzó severas críticas al panorama nacional y local.
Durante su intervención, sostuvo que México atraviesa por una crisis profunda con una clase política “estrechamente ligada al crimen organizado”, lo que le lleva a hablar de un “narco Estado”. Según dijo, “no hay político que se salve”, al subrayar que gobiernos como el de San Luis Potosí mantienen vínculos directos e indirectos con el trasiego de drogas, en medio de una inercia de complicidades que ni la reciente reforma judicial ha logrado contener.
El exgobernador calificó dicha reforma como una “simulación”, asegurando que entre los nuevos magistrados hay perfiles sin experiencia e incluso exdefensores de capos, lo que anticipa, a su juicio, un poder judicial incapaz de responder a las necesidades del país.
También cuestionó la fragilidad de la economía nacional, con una deuda prácticamente duplicada y proyectos emblemáticos del actual gobierno que no han dado resultados, como la refinería de Dos Bocas, que “todavía no refina nada”, o el Corredor Transístmico, cuyas locomotoras “no están en condiciones de operar”. A ello sumó la falta de gas natural, reservas territoriales y hospitales públicos adecuados.
En el plano político, advirtió que en México prevalece un clima de hostilidad hacia los opositores, con medios cooptados y la aplicación selectiva de la justicia. Consideró que el PRI está condenado a desaparecer, pues más que partido democrático, históricamente funcionó como partido de Estado.
Respecto a San Luis Potosí, Ruiz Ortiz fue enfático al calificar al actual gobierno estatal como un “narco gobierno” que “se burla de la gente”. Señaló la discrecionalidad en el manejo de recursos públicos —como el caso de la controversia con la UASLP—, la cercanía del Ejecutivo con operadores del crimen organizado y la pretensión de imponer a su esposa como sucesora.
Ruiz Ortiz, abogado por la UNAM y con una trayectoria de más de cuatro décadas en el PRI —partido del que fue expulsado en 2021 tras confrontaciones con la dirigencia nacional—, repasó su carrera política: fue diputado local y federal, senador de la República y gobernador de Oaxaca entre 2004 y 2010, periodo marcado por el conflicto con la APPO y la Sección 22 del magisterio. Tras intentar sin éxito la candidatura presidencial por el tricolor, buscó en 2024 postularse de manera independiente, aunque no logró reunir las firmas necesarias. Actualmente coordina esfuerzos para integrar un nuevo partido político llamado México Nuevo.