“Ultras” y “moderados” burlan cerco policiaco

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protestaron ayer contra la administración del presidente Enrique Peña Nieto, al concluir sus primeros seis meses desde su arribo al poder y, también, desde el operativo policiaco del 1 de diciembre, marcado por disturbios callejeros en el primer cuadro de la ciudad, que concluyeron con un centenar de detenciones arbitrarias. Luego de marchar del Ángel de la Independencia a la Torre de Pemex, y de ahí al Senado, para concluir en el Zócalo, los grupos “ultras” y “moderados”, como se describieron, acordaron realizar una nueva movilización dentro de un mes, el 1 de agosto, esta vez para declararse en “asamblea permanente” y, desde esta plataforma, organizar las movllizaciones contra la administración peñista planeadas para el 1 de septiembre, fecha en que el mandatario debe rendir su primer informe de gobierno. Convocada a través de las redes sociales, aunque sin que se difundiera el itinerario de la protesta –como medida de seguridad “ante las últimas provocaciones y ante la presencia de infiltrados”, tal como se señaló– la manifestación congregó a entre 300 y 500 jóvenes, quienes exigieron la repetición de las pasadas elecciones federales de 2012, por considerar ilegítimo su resultado, además de demandar respeto a la “soberanía de Pemex” y expresar solidaridad, desde México, con las protestas sociales en Egipto y Brasil. La manifestación inició a las 18:00 horas en el Ángel de la Independencia, monumento al cual no pudieron acceder debido al cerco previo instalado por la policía, por lo que una hora después el contingente partió rumbo a la Torre de Pemex, desorientando con esto al millar de granaderos que se habían dispuesto a lo largo de Reforma, creyendo que la protesta se dirigiría, en primera instancia, rumbo al Zócalo. Aunque en un inicio los granaderos intentaron impedir que la marcha llegara a avenida Marina Nacional, donde se encuentran las oficinas de Petróleos Mexicanos, los jóvenes manifestantes en todo momento lograron eludir e, incluso, ganar el paso por las calles y avenidas que los uniformados recibían la indicación de bloquear, lo que generó al menos tres momentos de tensión, con jaloneos y zancadillas, los cuales, sin embargo, nunca derivaron en confrontación abierta. De hecho, en varios momentos, pequeños grupos de policías quedaron encapsulados por los manifestantes, con quienes se cruzaban insultos y golpes leves. Luego de permanecer 20 minutos frente a la Torre de Pemex, los jóvenes decidieron reemprender la marcha, siempre escoltados por cuadrillas de uniformados que, en algunos casos jadeantes, debieron avanzar sin descanso hasta Reforma, para custodiar a los manifestantes que zigzagueaban de un sentido a otro de la avenida, en su paso de vuelta al Ángel y, de ahí, al Zócalo, haciendo una escala en el Senado de la República. Un nuevo conato de bronca se registró en el cruce de Eje Central y Madero, por donde los manifestantes pretendieron ingresar a la Plaza de la Constitución, hasta que finalmente fueron disuadidos de avanzar por 5 de Mayo, donde un grupo de jóvenes encapuchados prendió fuego a una señalización plástica de vialidad, sobre la cual antes habían derramado el contenido de dos bombas molotov que portaban consigo. Así, después de tres horas de marcha, y con menos de un tercio de los participantes con los que inició, la manifestación llegó al Zócalo, donde enviaron un mensaje directo a las autoridades capitalinas y federales: “Esto es para que vean que sí estamos organizados, y que ‘ultras y moderados’ sí podemos actuar unidos”. http://www.animalpolitico.com/]]>

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