El médico caucasiano Kazbek Kudzaev, amante de la música, se inspiró para la creación del instrumento musical en la lectura de un libro de poesía épica sobre unos héroes que incluso en esta época siguen siendo muy estimados por su pueblo.
Según la leyenda, uno de los héroes, Syrdon, fabricó un arpa con los restos de sus hijos asesinados. El padre, desesperado, cogió los huesos del brazo de uno de ellos y le colocó, tensándolos, los tendones de los otros hijos. Por ello, Syrdon es considerado el creador del primer instrumento musical nacional.
Muchos años más tarde, un cirujano plástico se atrevió a interpretar la historia épica popular, creando su variante de la ‘primera arpa’ compuesta por los huesos de un brazo humano.
El esqueleto que el médico utilizó como materia prima para su obra fue un regalo de un conocido suyo profesor de anatomía, por lo que es imposible establecer a quién pertenecían los restos humanos.
Sin embargo, tocar esta peculiar arpa es imposible, porque en lugar de cuerdas el médico colocó en él hilo de pescar, de manera que, por el momento, se trata sólo de un elemento ‘decorativo’, por decirlo de algún modo. No obstante, Kudzaev espera conseguir que el instrumento pueda usarse para emitir música en un futuro cercano, poniendo en el brazo humano cuerdas reales, para que esta arpa única comience también a sonar.
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