Una escena prácticamente violenta se presenta frente a nosotros: chorros de sangre en el piso al lado de órganos y un animal de más de 12 metros tirado; científicos lo diseccionan y analizan la causa de su muerte… Parece la reconstrucción de la escena de un crimen y de cierta forma lo es.
El escenario es distinto: un estudio bien iluminado con un equipo de producción y cámaras que lo ven todo, desde la piel similar a la de un cocodrilo (hecha de resina de plástico con piel de látex), los ojos del tamaño de pelotas de softball, los dientes afilados de hasta 30 centímetros, una especie de pelaje similar a las plumas, hasta el interior de un ser que reposa sobre una plataforma, la sangre falsa, la emoción de los científicos y la angustia de los misterios sin resolver. Tal vez lo único que escapa de la lente es el olor del cuerpo.
Como una tarea titánica, Nat Geo se propuso reconstruir a tamaño real, y de la manera más certera posible, un Tiranosaurio Rex, para practicarle una “autopsia” y develar la posible forma de vida que pudo tener hace 65 millones de años. En ‘Autopsia de un Tiranosaurio’, que se estrenará en México este domingo a las 21 horas por NatGeo y en otros 170 países, se podrá ver a cuatro científicos que realizan su trabajo bajo sombras y luces, como recién salidos de una película de acción.
Sobre el proyecto, el investigador estadounidense Steve Brusatte, uno de los científicos involucrados, en entrevista telefónica con EL UNIVERSAL señala que no está seguro de dónde surgió la idea: “Es algo que había estado en desarrollo durante años, yo me integré el verano pasado. Fui contactado por la productora, me contaron sobre el programa, y al principio estaba un poco escéptico, pero hemos trabajo mucho. Son personas que intentan hacer cosas sensacionales, así que pronto me dejaron claro que no era ninguna broma y que querían hacer un nuevo programa de televisión sobre dinosaurios, uno muy realista en el que las personas pudieran verlos como animales vivos. Así que me trajeron para consultar la investigación inicial y corroborar que toda la información fuera correcta, en línea con lo que conozco”.
El paleontólogo estadounidense colaboró con diversos cirujanos veterinarios, anatomistas y paleontólogos para poder reconstruir al T. Rex que bautizaron como “Edwina”, en base a los últimos hallazgos e investigaciones sobre dinosaurios. A través del proceso, donde se cortó a Edwina con instrumentos de tamaño industrial, se buscó responder distintas incógnitas. ¿Tenía plumas?, ¿cómo se alimentaba con brazos tan pequeños?, ¿cómo procreaban? y esta combinación entre película de monstruos y un programa 100% científico intenta mostrar un aspecto diferente sobre estos extintos animales.
“Hemos hecho el dinosaurio más preciso, más realista que jamás se haya realizado. Tiene músculos, piel, dientes, corazón y otros órganos internos. Es algo completamente realista, que es lo que hace al show bastante increíble. Ahora sabemos que tenía plumas, que crecía muy rápido, que tenía un pulmón; son nuevas ideas que incluimos en el modelo que a la vez fue un reto, porque aunque ahora sabemos muchísimo sobre los T. Rex, lo que comían, cómo se veían, cómo crecían, aún hay cosas sin saber”, añade.
La receta secreta
Y ahora que surge este armatoste, entre Frankenstein y Abelardo de Plaza Sésamo, uno se pregunta si surgieron nuevas hipótesis, nuevas teorías sobre los dinosaurios. Steve Brusatte responde:
“El modelo está basado en lo que conocemos, en ese sentido no hicimos ningún descubrimiento, porque no hallamos ningún fósil. Creo que aprendí muchísimo, he pasado mucho tiempo estudiando los huesos del T. Rex, huesos, huesos, huesos… Cuando hablamos de dinosaurios no me imagino algo como Jurassic Park, me imagino un montón de huesos, todo el esqueleto. Y ahora, después de todo este proceso, puedo imaginar al T. Rex en 3D, como un animal con vida, con movimiento, que respira. Hay algo dentro del proceso, verlo, cortarlo, que lo hace mucho más real para mí. Verlo en tres dimensiones, en tamaño real, con todos los órganos, es una nueva forma de ver al Tiranosaurio Rex y creo que a partir de ahora voy a pensar en él de una manera distinta, lo que es bueno para las futuras investigaciones”.
Pero además de la parte científica, Brusatte comenta el balance, como fórmula secreta, entre ciencia y espectáculo, para hablar sobre animales que hace tiempo dejaron de existir: “Es un show sobre ciencia, tiene información, hubo mucha consulta con científicos. Pero al mismo tiempo es muy entretenido y divertido, es sangriento, es gore. Esperamos atraer a mucha gente con el espectáculo, con el animal gigante, con la muerte, la sangre, y que se queden y aprendan mucho sobre la ciencia. Es lo que ofrecemos: ciencia acompañada de una gran historia”.
Aunque parece lejano a nuestra realidad, Steve asegura que en México también se realizan descubrimientos a los cuales debemos estar atentos: “Una vez hice una excursión geológica a Sonora, donde investigamos antiguos volcanes. Me encantaría volver para desenterrar fósiles. Hay algunos dinosaurios importantes y los paleontólogos mexicanos están empezando a encontrar más huesos y huellas. Yo diría que México es una de los nuevas y emocionantes fronteras para la paleontología y sus descubrimientos”.
En cuestión de días, casi horas, los dinosaurios atraerán nuestra atención de vuelta a la era jurásica, pero ahora como si nosotros mismos la experimentáramos. “Éste ha sido uno de los mejores momentos de mi carrera. Siento que este programa es como mi bebé y no puedo esperar a verlo. Fue absolutamente fantástico, me encantaría realizar autopsias a otros dinosaurios. Realmente me mostró qué tan similar a un pájaro era un T. Rex. ¡Era una gallina asesina!, concluye Steve con una carcajada.
Con información de: Universal