Grandes estudios se negaron a financiar la película que recrea parte de la vida del virtuoso y extravagante pianista Liberace
“Demasiado gay”.
En dos palabras, esa fue la razón por la cual los grandes estudios de Hollywood se negaron a financiar “Detrás del Candelabro” (Behind the Candelabra), la película que recrea parte de la vida del virtuoso y extravagante pianista Liberace.
Eso ha dicho una y otra vez su director, el estadounidense Steven Soderbergh.
La cinta, cuyo proceso de producción abarcó más de 13 años, terminó siendo producida por la cadena de cable estadounidense HBO. Se estrena el domingo por esta pantalla y no en las salas de cine.
Ahora compite por la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
“Cuando iniciamos la primera ronda de esta película, hace cuatro o cinco años, la sensación con la que salimos fue: ‘No estamos convencidos de que haya una audiencia para esta película excepto por la gente que es gay”, dijo Soderbergh.
La película marca el regreso del actor Michael Douglas, luego de combatir -y vencer- a un cáncer de garganta. El veterano actor de 68 años encarna al singular músico, que en su momento llegó a ser el hombre del espectáculo mejor pagado de EE.UU.
También marcaría la despedida de Soderbergh del cine. Por lo pronto, según ha anunciado el propio director, es la última película que dirigirá. Sus próximos proyectos los enfocaría en televisión.
La vida de Liberace
“Detrás del Candelabro” se enfoca en la tormentosa relación entre Liberace y su joven amante, Scott Thorson.
Matt Damon -un habitual de la filmografía de Soderbergh- da vida a Thorson, adicto a la cocaína y en cuyo libro se basa la película.
Ambos hombres -Liberace y Thorson- se conocieron en 1977, en el camerino del pianista en Las Vegas. Rápidamente, casi de inmediato, Thorson se convirtió en su asistente personal, su compañero de faenas y en su amante secreto.
Había caído seducido por quien ya para ese momento era una estrella, célebre por sus extravagancias con el piano y la vestimenta: brillantes chaquetas de lentejuelas, capas emplumadas, abrigos de mink.
Un candelabro solía adornar su piano.
Eventualmente, el músico llevó a vivir a su mansión a su amante, que era 40 años menor que él. Y lo hizo parte de su show: era Thorson quien, uniformado como chofer, conducía sobre la tarima el Rolls Roy que transportaba a Liberace hasta su instrumento.
La película es bastante explícita en las escenas de intimidad entre los dos hombres.
Por años Liberace negó su orientación sexual, al punto de demandar -y ganar- a un diario británico por acusarlo de ser homosexual.
Liberace murió de complicaciones vinculadas al sida en 1987, a los 67 años, tras cuatro décadas dedicadas al espectáculo.
Meses antes se presentó a casa llena durante tres semanas en el Radio City Music Hall.
Un intenso debate
La película se estrena en un momento de intenso debate acerca de los derechos de los homosexuales. Ya 14 países -y 12 estados de EE.UU.- han legalizado los matrimonios entre personas del mismo sexo y la discusión sigue abierta en distintas latitudes.
“Hace 50 años, no teníamos siquiera la Ley de Derechos Civiles en EE.UU., ahora por supuesto es parte de su ADN”, dijo Soderbergh en una conferencia de prensa.
“Así que siempre que aparece este tema, la igualdad de derechos para los gays, siempre pienso, espero que dentro de 50 años a partir de ahora, miraremos hacia atrás y nos preguntaremos por qué esto fue incluso un debate y por qué tomó tanto tiempo”, completó.
Para Douglas, la idea de que una película como esta va a atraer solo a la audiencia homosexual es una muestra de “pensamiento estrecho”, aunque también matiza un poco la polémica.
“Es un tiempo duro para las películas independientes pequeñas. Las cosas parecen todavía ser guiadas por la apuesta hacia películas de grandes presupuestos con grandes presupuestos de mercadeo”.
“No creo que el problema haya sido el tema gay, lo que pasa es que a ellos no les gusta ser molestados con películas pequeñas”.
“Interpretamos el guión y tratamos de no hacerles guiños a la audiencia”, explicó Douglas. “Se trata de una gran historia de amor. La veo y me olvido de Matt y de mí mismo. Entonces, muy pronto, prácticamente olvido que son dos tipos: las conversaciones y las discusiones suenan como de cualquier pareja”.
Su compañero sentimental en la pantalla, Matt Damon, dijo: “El asunto para nosotros fue: ¿cómo hacer que esto luzca como un matrimonio que pudiésemos reconocer?”.
“Nos pudimos relacionar con la mayor parte de nuestras escenas porque ambos tenemos matrimonios duraderos. Es una historia de hombre-mujer con dos tipos”.
Con información de: http://www.animalpolitico.com/2013/05/una-cinta-demasiado-gay-para-cines-de-eu/#axzz2UQ7vpcXw