La Esperanza es un pequeño pueblo agricultor, con cerca de mil habitantes, ubicado en la sierra de Guerrero, en una zona donde la mayoría de los habitantes son nahuas.
Durante los primeros días de Mayo, en la Esperanza se celebra la bonita tradición de romperse la madre con la gente del Rancho Las Lomas, que es el pueblo vecino, como sacrificio para los dioses a cambio de una buena temporada de lluvia.
Hombres, niños, mujeres y ancianos se buscan un contrincante del pueblo vecino y se golpean hasta que uno de los dos decida que ya recibió suficientes madrazos. Para ellos, cada gota de sangre significa una gota de lluvia, así que las peleas no suelen terminar hasta que se abran un par de labios y se truene por lo menos una nariz.
Nuestra host, Lucía Anaya, fue parte de un día lleno de mezcal, bailes, rezos y estomaguillos de pavo inflados como si fueran globos. Más tarde, la gente de La Esperanza nos llevó al campo de guerra, donde cada año se enfrentan con sus vecinos del Rancho Las Lomas. La tradición dice que cada gota de sangre se convertirá en una gota de lluvia y Lucía estaba determinada a sangrar en nombre de La Esperanza.
Con información de: Vice