El millonario Mark Cuban ya ha conseguido que sus Mavericks de Dallas ganen el título de la NBA. Cumplido ese sueño, tiene otro reto: ¿y si fuera el primer dueño de un equipo de la Liga masculina en atreverse a fichar a una mujer para competir en la Liga de las estrellas? Ya tiene candidata: Brittney Griner, de la Universidad de Baylor, una mujer de 22 años que se ha convertido en la primera universitaria en alcanzar los 2.000 puntos y 500 tapones, y a la que no le es extraño hacer mates (18), especialidad en la que roza ya la veintena gracias a sus 2,03 m.
“Si es la mejor de los que quedan [en el draft en el que se seleccionan a los novatos de cada temporada], la seleccionaría sin duda”, dijo Cuban, un dirigente extravertido, conocido por sus declaraciones altisonantes, que nunca se muerde la lengua. “He pensado en ello. ¿Lo haría? Ahora mismo me inclino por el sí, solo por saber si ella sería capaz de hacerlo. Eso nunca lo sabes hasta que le das la oportunidad a alguien (…) [Una vez seleccionada] tendría que ganarse un puesto en el equipo (…) No me opongo a darle una oportunidad”.
La jugadora reaccionó inmediatamente en Twitter (“Hagámoslo”, escribió) y contribuyó así a alimentar el debate sobre el deporte mixto y las posibilidades que tendría de competir una mujer contra los portentos atléticos de la NBA, donde las cargas cuerpo a cuerpo son brutales y el juego por encima de la cabeza, en el aire, es una constante.
Si Cuban finalmente seleccionara a Griner, esta no sería la primera mujer enfrentada a la oportunidad de debutar en la NBA. En 1979, los Pacers incluyeron en sus entrenamientos a Ann Meyers, estrella de la Universidad de UCLA, que finalmente no pasó el corte. Para empezar el directivo ya ve una oportunidad de negocio: “Tener a Griner en la Liga de verano vendería unos cuantos partidos”, ironizó.
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