Después de las madres y padres de familia, quienes más temen el fin del ciclo escolar en el nivel de educación básica son los negocios que operan cerca de las instituciones y que basan la mayor parte de sus ingresos en los consumos que realiza la comunidad escolar.
Tiendas de abarrotes, papelerías y negocios de copiado se hallan entre los comercios cuyos ingresos disminuyen entre 20 y 50 por ciento “cuando no hay niños y niñas en las escuelas” y por tanto deben hacer economías o variar su giro principal para sobrevivir.
Algunos implementan la venta de raspados de sabores aprovechando la época de calor. Otros venden regalos o rentan equipos de videojuegos. Hay papelerías que completan su ingreso con la venta de boletos de sorteos nacionales y pronósticos para la asistencia pública.
Comerciantes ya experimentados, expresaron a este medio informativo que se debe hacer un “guardadito” importante para sobrevivir al periodo de vacaciones sin dejar de pagar los servicios de luz, renta, agua y a los proveedores.
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