Las icónicas vestimentas del nuevo papa, que tradicionalmente salen de las manos expertas de los sastres Gammarelli de Roma, podrían no ser nuevas esta vez. En un giro inédito, el Vaticano ha optado por reutilizar sotanas de cónclaves anteriores para vestir al próximo pontífice, una posible señal de continuidad con la preocupación ambiental del fallecido papa Francisco.
“Me lo imagino”, comentó Lorenzo Gammarelli, actual responsable de la histórica tienda fundada en 1798, al reflexionar sobre este posible homenaje al pontífice argentino, quien desdeñaba el despilfarro y predicaba la austeridad.
Tras las exequias del papa Francisco, se convocará el cónclave para elegir a su sucesor. Aunque la familia Gammarelli suele preparar tres sotanas de distintas tallas (alta, mediana y baja) para que el nuevo papa vista de blanco en su primera aparición pública, esta vez no recibieron el encargo.
“El Vaticano nos dijo que se habían ocupado de ello”, reveló Gammarelli. “Creemos que usarán las túnicas de cónclaves anteriores”.
Cada elección papal deja dos túnicas sin usar, por lo que podrían estar disponibles para su reutilización. En décadas pasadas, incluso cuando se solicitaban menos sotanas, era evidente que el Vaticano conservaba modelos de elecciones anteriores, explicó el sastre de 52 años.
Medidas para el misterio
Preparar una sotana lleva alrededor de tres días y medio, con cada pieza cortada y cosida a mano. Los sastres normalmente toman medidas de los llamados “papables” —los cardenales con mayores posibilidades— para anticiparse al misterio de la elección.
“Siempre puede ser elegido alguien no previsto o con medidas completamente diferentes”, añadió Gammarelli, quien también recordó cómo en 1958, al ser elegido el papa Juan XXIII, le colocaron una túnica que no le quedaba y tuvo que ser ajustada con alfileres antes de su primera aparición pública.
Desde entonces, los Gammarelli etiquetan las túnicas con el nombre del candidato más probable para evitar confusiones.
Una vitrina simbólica
Hoy, la vitrina de la tienda que solía exhibir las tres sotanas para el nuevo papa muestra solamente un solideo blanco, encargado por el propio Francisco pero nunca usado.
A pesar de su decepción por no vestir al nuevo pontífice, Gammarelli se mantiene sereno: “Ya veremos para el próximo”.