Vecinos alertan peligro por malla colapsada en área de safari de Zooleón

Una malla vieja, oxidada y sostenida con troncos en mal estado es lo único que separa a la colonia Nuevo León del área de safari del Zoológico de León, donde viven animales como cebras, jirafas, avestruces, antílopes e incluso hienas. En varios tramos, esta reja apenas alcanza el metro y medio de altura y presenta huecos por los que fácilmente puede pasar una persona o escapar un animal.

Vecinos de la zona aseguran que esta franja es la más peligrosa del zoológico, ya que la malla está colapsada o inclinada hacia afuera en aproximadamente 500 metros. Algunos postes están podridos o rotos, lo que deja el cerco prácticamente inservible. Pese a que desde 2022 existe un estudio que advertía la urgencia de atender esta situación, las condiciones no solo continúan igual, sino que han empeorado.

El safari de Zooleón ocupa cerca de 10 hectáreas que recrean paisajes similares a las sabanas africanas. Sin embargo, las malas condiciones del cercado ya han provocado incidentes graves. En noviembre pasado, un avestruz murió luego de ser atacado por otros ejemplares; al intentar huir, se estrelló contra la malla, que cedió, y cayó al foso de los leones, donde fue devorado.

Habitantes del lugar señalan que los animales se han escapado en repetidas ocasiones. Venados, avestruces e incluso flamencos han sido vistos fuera del área del safari, caminando cerca de viviendas y caminos que antes eran usados con normalidad por los vecinos. Hoy, muchos evitan transitar por ahí por miedo a encontrarse con algún ejemplar suelto.

María Esther López Galván, vecina desde hace una década de la colonia Nuevo León, relata que la reja “siempre ha estado así” y que solo le colocan más alambre como parche. Afirma que los huecos permiten la salida de animales y también el ingreso de personas, algo que ocurre con frecuencia, pues hay quienes usan el sitio como atajo.

Otros vecinos confirman que incluso personas han entrado al safari para robar huevos de avestruz. Martha Susana Olaez Galván comentó que antes se sentaban cerca de la malla para observar a los animales, pero ahora la zona es intransitable. “Da miedo, hasta un avestruz nos puede tumbar”, dijo.

La situación también quedó evidenciada el pasado 2 de diciembre, cuando una jauría de 12 perros ingresó por uno de los huecos del cerco y atacó a una manada de borregos muflones. De los 63 ejemplares, 24 murieron. Vecinos sospechan que el ingreso ocurrió justo por la parte del cerco colindante con la presa de Echeveste.

Un estudio elaborado en 2022 ya advertía que la malla tenía tramos abiertos, parches de más de un metro de diámetro y accesos utilizados por habitantes de la zona para cortar camino, lo que ponía en riesgo tanto a los animales como a la población. Tres años después, las recomendaciones no han sido atendidas.

Incluso, vecinos recuerdan que hace apenas unos meses autoridades y elementos de Protección Civil buscaron un venado que se escapó del safari y que recorrió varias calles de la colonia. Algunos habitantes apoyaron en la búsqueda ante la falta de control del perímetro.

Regidoras de Movimiento Ciudadano y del Partido Verde han señalado omisiones por parte de las autoridades del zoológico, pues pese a que se han invertido más de 180 millones de pesos en obras dentro del parque durante la actual administración, el cerco del safari sigue sin recibir mantenimiento. El zoológico opera únicamente con recursos municipales y no cuenta con inversión privada.

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