Un grupo intenta documentar a través de las redes sociales que los perros, gatos, roedores y aves que se venden en la tienda sufren estrés y hacinamiento; la empresa asegura tener protocolos de bienestar
Un grupo de activistas por los derechos de los animalesintenta documentar a través de las redes sociales que los perros, gatos, roedores y aves que se venden en la tienda Maskota sufren maltrato, pues las jaulas y estantes donde los venden no son aptos para su desarrollo.
A través de la página en Facebook “Denuncia a +Kota“, ese grupo busca reunir fotos, videos y firmas para presentarlas ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) como pruebas del estrés, hacinamiento y sedentarismo que los animales padecen en espacios tan reducidos durante largos periodos de tiempo. Hoy realizarán un boicot virtual contra la empresa.
“Esta acción no pretende ser un escándalo más, sino llevarle las evidencias a la Asamblea para que cumplan las reformas al Código Penal del DF sobre el maltrato. Sin embargo, el problema es que ellos no consideran maltrato que un perro esté 9 meses en una pecera”, dice Fernanda Robles a EL UNIVERSAL.
En “Denuncia a +Kota” aparecen imágenes de las tiendas, donde se ven cuatro o cinco cachorros de razas grandes y pequeñas echados en jaulas, estantes sucios, roedores supuestamente enfermos y videos de perros con ataques de ansiedad.
El estrés y hacinamiento al que supuestamente están expuestos los animales no es la única denuncia del grupo, sino también la reglamentación de la venta de mascotas y la reproducción de éstas. Lo último no está incluido en la ley de Protección de Animales del Distrito Federal.
Sobre la venta de animales dicha ley permite a tiendas establecidas, como Maskota, hacerlo y penaliza a quienes comercialicen mascotas en la vía pública. En el artículo 28 se precisa que los “establecimientos están obligados a otorgar a la o el comprador un manual de cuidado, albergue y dieta del animal adquirido, que incluya, además, los riesgos ambientales de su liberación al medio natural o urbano”
REGLAMENTAR VENTA Y REPRODUCCIÓN
Fernanda señala que luego de plasmar las condiciones, que a su parecer no son aptas para los animales, “nos iremos a sentar a la mesa con los asambleístas para que se haga una ley de animales de compañía, donde se reglamente la venta, la reproducción, que se hagan visitas a los criaderos para que no haya criaderos de traspatio o una incluso, evitar que haya personas vendiendo cachorros en los tianguis y camellones”.
Sin embargo, Maskota no comparte las acusaciones y afirma tener protocolos para el cuidado de los animales.
“Al igual que todos nuestros clientes y el público, compartimos la preocupación y el amor por los animales y por ello hacemos grandes esfuerzos para que todos los que tenemos en venta se encuentren en el mejor estado y en instalaciones adecuadas y limpias”, respondió la empresa ante las acusaciones de los activistas.
La tienda precisó que dentro de su protocolo de bienestar se encuentran médicos veterinarios de planta y de ruta en las tiendas; meets, empleados que limpian las jaulas y alimentan a los animales; e incluso, “revisiones sorpresa” a las franquicias.
“En la mayoría de las sucursales no se preocupan por los animalitos ya que el gerente se enfoca a vender para ganas más. Pero hay otras situaciones en las que los empleados realmente se preocupan por medicar y atender a los animales”, dice una médica veterinaria que trabajó “de ruta” en Maskota y que prefiere no revelar su nombre.
Esa persona desmiente que la tienda drogue a los perros y gatos para tranquilizarlos, pero admite que no le permitían medicar cuyos y conejos “ya que no les era costeable”. “Apoyo el cierre de esta tienda y de todas las que venden animales”, sostiene sobre la campaña.
UN PASTOR BELGA DE 9 MESES
Maskota posee desde 2011 un programa de adopciones para los perros que no se venden, que posibles adoptantes no pueden pagar o animales de protectores de animales ajenos a la empresa como Albergue San Cristóbal, Ángeles Peludos y Comité Pro Animal.
“Yo no conozco a nadie que haya adoptado ahí”, dice Fernanda ante dichas campañas de la tienda. Y recuerda la anécdota por la que decidió iniciar la denuncia en las redes sociales: “Andaba en Prado Norte y para hacer tiempo mientras esperaba a una persona, me fui a caminar y vi un pastor belga de nueve meses en una mini pecera, ya era tan grande que hasta tenía un 80% de descuento, con lo que aún costaba 6 mil pesos”.
La activista -quien ha rescatado a perros del maltrato- cuenta que posteriormente preguntó a los empleados cómo podía llevarse al perro porque “ya no cabía en ese lugar”.
Los trabajadores le dijeron que buscara en la página web cómo podía inscribirse al programa de adopciones, pero ella decidió llamar al corporativo, donde le dijeron que tenía que hacer lista de espera y volver a llamar. “Eso fue un jueves, hablé otra vez el viernes y me dijeron que ya habían vendido al perro”, se queja Fernanda.
Maskota asegura que sus especies provienen de criaderos y que todas están autorizadas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero Fernanda señala que el corporativo acepta comprar camadas de cachorros en su inmueble de Naucalpan.
LA TUITSTORM
Para Fernanda la situación ideal sería que la tienda se limitara a vender accesorios, alimentos, juguetes, ropa, jaulas y peceras para los animales.
Ella defiende su protesta al aclarar que la sobrepoblación de canes y felinos se trata de un asunto de salud pública. “Sé que hay prioridades para este país, los niños, la trata de personas, pero no porque haya mil problemas se dejará de tratar uno, más cuando es de salud de pública”, responde a las personas que cuestionan su campaña.
El primer paso de la protesta contra Maskota se dará mañana a las 13:00 horas, a través de una estrategia llamada tuitstorm, cuando cientos lanzarán el hashtag #CerremosMaskotaMéxico para denunciar el supuesto estrés y hacinamiento que ocurre en la tienda.
Con información de: http://www.eluniversal.com.mx/sociedad/2013/animales-mascotas-perros-gatos-maskota-933943.html]]>