María Ruiz
La fiscal general del estado, Manuela García Cázares, confirmó que la muerte de Dominic Joxan Grande Gómez, un menor de edad que recibió un disparo en el fraccionamiento Buenaventura en Soledad de Graciano Sánchez, no ocurrió como se reportó inicialmente.
La primera versión indicaba que el menor fue atacado desde un vehículo estacionado, pero los videos obtenidos por la Fiscalía General del Estado (FGE) revelan que el disparo se efectuó dentro del domicilio en el que se encontraba Dominic, es decir, en la casa de su vecino.
A pesar de esta evidencia, las autoridades no han detenido a nadie ni han informado las acciones que tomarán en el caso.
“Nosotros estamos investigando con mucha sensibilidad porque se trata de menores de edad, en el grupo etario de los 12 a los 14 años”, justificó García Cázares, refiriéndose a las leyes que limitan la responsabilidad penal de los adolescentes en México.
Para la familia de Dominic, esa “prudencia” de la Fiscalía solo significa impunidad. El padre del menor fallecido, quien teme por su seguridad y ha tenido que abandonar su hogar, cuestiona el sistema de justicia.
“Si yo tengo 14 o 15 años, ¿puedo matar a quien sea y no voy a recibir castigo? ¿Quién se va a hacer responsable?”.
Aseguró que el problema no es solo la violencia, sino la falta de respuesta de las autoridades; la Fiscalía ya tiene pruebas, peritajes y una versión que desmiente el primer testimonio. Sin embargo, la familia de Dominic sigue sin respuestas.
“Tienen el peritaje, tienen todo y no resuelven”, lamenta el padre.
Mientras la familia exige justicia, la ley parece más preocupada por proteger al agresor que por castigar el delito. La Fiscalía ha dejado en claro que el caso será manejado con sensibilidad, pero ¿qué pasa cuando la sensibilidad se convierte en impunidad?
“Tengo un dolor inmenso, perdí a mi hijo, quiero que detengan al o los responsables”.
La familia de Dominic ha decidido hacer público el caso para evitar que quede en el olvido.
“Ayer me dijeron que lo hiciera viral, porque si no, no me van a hacer caso. Yo no lo había hecho por respeto a la memoria de mi hijo, pero ahora que la Fiscalía prácticamente se quiere declarar incompetente, no me queda de otra”, expresa el padre.
La muerte de un menor a manos de otro menor pone en jaque a un sistema que no está diseñado para resolver este tipo de casos con justicia. Hoy, la familia de Dominic no solo enfrenta el dolor de la pérdida, sino también la indiferencia de un sistema que permite que un asesinato quede sin consecuencias.