La delincuencia organizada utiliza las alcaldías en México para extorsionar a la población, mantener el control económico y pasar o vender droga, en estas ideas coinciden analistas entrevistados en medios internacionales para explicar la más reciente ola de violencia en contra de candidatos a dos semanas de los comicios electorales.
En las últimas horas asesinaron en pleno mitin proselitista al aspirante por el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la Alcaldía de Yurícuaro, Michoacán, Enrique Hernández Salcedo, quien fue miembro de los grupos de autodefensa que se opusieron a los Caballeros Templarios.
En otro hecho, en el municipio de Huimanguillo, Tabasco, dispararon 16 balazos en contra de Héctor López Cruz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que pretendía ocupar el puesto de regidor en una región gobernada por el PRD.
“La democracia en México tiene varios enemigos a quienes les interesa mantener el caos”, explicó al diario La Opinión José Fernández Santillán, analista de seguridad del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
“Y es claro que el Estado no puede garantizar en muchas zonas su principal función, que es el derecho a la vida, porque tenemos un Estado en el que está presente la impunidad y mientras no se combata vamos a ver morir una y otra vez a políticos que no se alinean a los intereses criminales”, añadió.
Por su parte, el analista de seguridad Alejandro Hope dijo en entrevista para Los Angeles Times que la violencia, aunque no es nueva en el país, es una señal del control que los grupos delictivos organizados esperan lograr en las elecciones del próximo 7 de junio. Reveló que la delincuencia organizada respalda a los candidatos leales a sus intereses y se deshace de sus rivales.
“En estados como Guerrero y Michoacán la violencia podría reducir la cantidad de gente que acudirá a las urnas, incluso cómo la gente vota y los resultados locales de la encuesta”, dijo Hope al diario.
La nota de la periodista Deborah Bonello publicada en Los Angeles Times refiere que la captura en Michoacán en febrero de Servando “La Tuta” Gómez, quien en ese momento era uno de los fugitivos más buscados de México, llevó a una fragmentación del cártel de los Caballeros Templarios que él dirigió y la creación de nuevos, pequeños grupos con intereses en conflicto.
ASESINATOS DE POLÍTICOS EN LOS ÚLTIMOS MESES
De acuerdo con la nota de Gardenia Mendoza publicada en el diario La Opinión, desde el mes de enero pasado a la fecha una docena de políticos que aspiraban a un puesto de elección popular municipal han muerto en condiciones violentas, entre los que destaca por su nivel de crudeza la decapitación, ocurrida el 10 de marzo, de Aidé Nava, quien pretendía la presidencia de Ahuajotzingo, Guerrero.
En ese mismo estado del sur del país donde desaparecieron los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa también asesinaron a Ulises Fabián Quiroz, candidato a la mucipalidad de Chilapa, a quien un grupo armado bajó de su camioneta, lo golpeó y ejecutó el 2 de marzo.
Un mes después, el cinco de mayo, la misma suerte corrió Juan Mendoza Acosta, candidato en Totolapan.
“Es obvio que van contra candidato que podría ganar e impedir el control de las actividades delictivas a nivel local, pero son situaciones que podrían evitarse”, advirtió a La Opinión Nicolás Loza, analista político de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Añadió que las autoridades podrían hacer un mapa de riesgos y tener los ojos y la vigilancia de los candidatos en esas zonas con una buena coordinación de seguridad.
Desde 2008, 24 candidatos políticos han sido asesinados – la mayoría de ellos en Guerrero – y nueve secuestrados durante el período previo a las elecciones en México, según la consultora Integralia.
Con información de: Sin Embargo