¿Y a mí para qué me sirven las relaciones públicas?

Por Felipe Reyes Barragán, presidente del Capítulo México de ALARP

Cuando escuchamos “relaciones públicas”, muchas personas piensan en conferencias de
prensa, vocerías institucionales, eventos con pantallas gigantes o discursos
cuidadosamente preparados. Y sí, eso también forma parte. Pero reducir las relaciones
públicas a esas escenas es como pensar que la medicina solo se practica en quirófanos.
La realidad es que, con o sin título profesional, muchas personas ya hacen relaciones
públicas en su vida cotidiana… sin saberlo.

La pregunta es válida: ¿de qué me sirve a mi saber de esto?
Y la respuesta es sencilla: de mucho más de lo que imaginas. No importa si trabajas en
oficina, si estás estudiando, si tienes un pequeño negocio o si estás buscando empleo:
saber aplicar principios de relaciones públicas puede cambiar la manera en que te
comunicas, gestionas relaciones, enfrentas conflictos y construyes una reputación
sólida.
1. Relaciones públicas: no se trata solo de hablar bien
El centro de las relaciones públicas está en algo tan simple —y a la vez tan complejo—
como gestionar vínculos. Se trata de construir, mantener y fortalecer relaciones con
personas clave para tu actividad. No es solo un asunto de marketing, es una herramienta
estratégica que te ayuda a posicionarte, a abrir puertas, a generar confianza y a sumar
aliados.
No necesitas tener un cargo corporativo para que te beneficie. Las relaciones públicas
pueden ayudarte a que más personas confíen en ti, hablen bien de tu trabajo, te
recomienden o te busquen para colaborar. Y eso aplica en todos los niveles y sectores.
2. Si tú tienes un pequeño restaurante, una cafetería o das servicios
independientes
Las relaciones públicas pueden ayudarte a que tu clientela vuelva, te recomiende y que
se cree una buena percepción de lo que haces. ¿Cómo? A través de acciones tan simples
como tener una comunicación clara, generar experiencias agradables, responder con
cortesía ante una queja y mantener coherencia entre lo que dices y lo que haces.
Pero también van más allá: puedes diseñar mensajes clave para hablar de tu negocio,
identificar a personas o medios locales con quienes vincularte, aprovechar plataformas
digitales para contar tu historia o participar en actividades comunitarias que fortalezcan
tu presencia en el entorno.
3. Si trabajas en una oficina o dentro de una empresa
Saber de relaciones públicas te puede hacer mejor aliada o aliado dentro de tu equipo.
¿Por qué? Porque te ayuda a comunicarte de forma más asertiva, a leer mejor los
entornos, a prevenir o resolver malentendidos y a posicionarte de manera estratégica
para crecer dentro de tu área o buscar nuevas oportunidades.
Por ejemplo, presentar un proyecto, dirigir una junta, proponer una solución a un
problema recurrente o representar a tu equipo frente a otras áreas son situaciones donde
no solo importa qué dices, sino cómo lo dices y con quién lo compartes. Las relaciones
públicas te dan herramientas para hacerlo con mayor impacto y coherencia.
4. Si estás estudiando o terminaste la carrera
Hoy más que nunca, la construcción de tu perfil profesional empieza mucho antes de
tener un empleo formal. Participar en actividades académicas, buscar mentorías, asistir a
eventos, hacer contactos o simplemente saber cómo presentarte en redes profesionales
es parte del terreno donde las relaciones públicas pueden marcar la diferencia.
No se trata de “hacerte promoción” vacía, sino de entender cómo construir tu narrativa
personal y profesional: qué te interesa, qué te diferencia, qué causas o temas te inspiran,
qué aportas a los equipos de trabajo. Eso te permite conectar con personas y espacios
que pueden abrirte camino.
5. Si estás en transición o cambio
Hay momentos en los que todo se está reacomodando: dejaste un empleo, estás por
emprender, cambiaste de ciudad o estás en proceso de redefinirte. Aquí, las relaciones
públicas pueden ser una brújula. Te ayudan a identificar nuevas redes de apoyo, a
comunicar tu proyecto o propósito, a hacerte visible desde un lugar genuino y
estratégico.
Es decir, puedes aprender a contar tu historia con sentido, a posicionarte frente a nuevas
audiencias y a construir credibilidad incluso en un entorno desconocido. Eso también es
parte del valor que ofrecen las relaciones públicas.
6. ¿Y entonces, por dónde empiezo?
• Identifica a tus públicos clave. ¿Con quién necesitas comunicarte
mejor? ¿Clientes, colegas, posibles aliadas, proveedores, comunidad?
• Cuida tu mensaje. Qué dices, cómo lo dices y a través de qué canales
tiene un impacto directo en cómo se te percibe.
• Genera confianza. Sé congruente. Que lo que haces respalde lo que
dices.
• Aprende a escuchar. Las relaciones públicas no son solo emitir
mensajes: también es estar atento a lo que se dice, a lo que preocupa, a lo
que esperan de ti.
• Haz relaciones, no solo contactos. No se trata de cantidad, sino de
calidad. Las relaciones públicas requieren tiempo, autenticidad y
reciprocidad.
En resumen
Las relaciones públicas no son exclusivas de quienes se dedican a la comunicación o a
las grandes empresas. Son una herramienta transversal, útil y cada vez más necesaria
para quienes buscan construir vínculos sólidos, reputación positiva y oportunidades
reales, sin importar el tamaño del proyecto o el momento de vida en que se encuentren.
¿Te sirven a ti? Sin duda.

Contacto
Felipe Reyes Barragán
Presidente ALARP Capítulo México
[email protected]
WhatsApp 524774499216

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp