…Y aquella tarde, el mundo conoció la palabra OVNI

En un intento por determinar la existencia de vida en el Universo, durante mucho tiempo los seres humanos se han dedicado a observar el firmamento en búsqueda de una respuesta a las dudas sobre la existencia.

Los objetos voladores no identificados (Ovnis) son aeronaves o elementos que sobrevuelan el espacio aéreo en el planeta Tierra. Suelen presentarse en diferentes formas como globos, cilindros, triangulares y, los más populares parecidos a un disco o platillo. Desde hace mucho tiempo se ha creído que esos artefactos son tripulados por aliens o seres humanoides que no pertenecen a este planeta.

En un inicio se dijo que el fenómeno de los Ovnis era un plan de Rusia para espiar a los países occidente, específicamente a los Estados Unidos, otras versiones sostenían la presencia de vigilantes provenientes de Marte. Se llegó a creer que eran navíos con propulsión eléctrica procedentes del planeta Venus o Urano.

Las teorías sobre civilizaciones alienígenas asentadas en la Tierra datan de tiempos casi inmemorables, desde textos sagrados o extrañas insignias de antiguas civilizaciones, han revelado la posible presencia de vida alienígena proveniente de otras galaxias en el globo terráqueo.

Esferas de gas, aerolitos, fenómenos de luz, ilusiones ópticas, gas y sateloides, forman parte de las especulaciones, incluso se ha dicho que se trata de un efecto causado por los gases de los pantanos. Los avistamientos de Ovnis han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad.

Después de varios años de avistamientos de objetos voladores no identificados alrededor de varias ciudades del mundo, investigadores y científicos realizaron el primer Congreso Internacional sobre OVNIS en los setenta. Durante una semana los especialistas más destacados del fenómeno se reunieron en Acapulco, Guerrero.

En el encuentro, se definieron categorías de encuentros con los OVNIS: la primera solo se limita al avistamiento de un objeto o aeronave sin importar la distancia a la que esta se encuentre; los casos de segundo grado son aquellos en que los artefactos voladores dejan alguna marca en superficies, animales o humanos; el encuentro de tercer tipo tiene que ver con observar o tener contacto directo con tripulantes de las naves no identificadas, esto puede ocasionar severos estragos psicológicos en las personas hasta el grado de llegar a la demencia.

El Archivo Histórico de Excélsior, cuenta con un vasto registro periodístico de estos hechos paranormales en sus páginas. Aquí se presentan los primeros casos que dieron origen al fenómeno Ovni en el planeta.

LOS PRIMEROS AVISTAMIENTOS

El primer caso documentado de la presencia de posible vida extraterrestre se presentó en Washington en junio de 1947. El piloto Kenneth Arnold, realizaba labores de vuelo en una zona montañosa cuando avistó nueve elementos circulares a unos 200 metros por encima de su posición dirigiéndose hacia el monte Rainier. Arnold platicó la historia a un diario local; la noticia se difundió por varias poblaciones.

A partir de ese momento, el fenómeno captó la atención de miles de personas en todo el mundo, escritores, periodistas y científicos comenzaron a investigar y escribir sobre las manifestaciones cuyo origen se desconoce hasta la actualidad.

Uno de los hechos más contundentes es el ocurrido en Roswell, Nuevo México, en Estados Unidos en julio de 1947 cuando presuntamente un platillo volador se estrelló en las inmediaciones de un rancho. Las especulaciones apuntan a que el ejército estadunidense pudo haber rescatado a los tripulantes de la aeronave desconocida sin haber dado información sobre lo hallado en el lugar.

En enero de 1948, el capitán aviador Thomas F. Mantell trató de bloquear el paso a un “disco resplandeciente de gran tamaño” que se encontraba sobre las altitudes de un campo en Kentucky, Estados Unidos. Mantell murió de manera misteriosa tras perder la comunicación. El accidente se atribuyó a un error de manejo sin darse mayores detalles sobre lo ocurrido.

Por su parte, los primeros registros de platillos voladores en Japón se dieron en una base aérea norteamericana ubicada al norte del país nipón en enero de 1953. Un grupo de aviadores vieron una serie de objetos con luces giratorias que se presentaron en el sitio.

Un informe emitido por el Servicio de Inteligencia negó que los objetos percibidos en el cielo fueran reflejos de luz, y recalcó que “hay demasiados indicios de la presencia de algo”. Los extraños elementos también pudieron ser observados desde tierra desde donde se pudo establecer la inestabilidad de movimiento de estos.

Al poco tiempo se reportaron otros avistamientos en el espacio aéreo japonés. En la mayoría de los casos los objetos voladores pudieron ser registrados por los radares de los aviones, se movían de manera inconsistente para desaparecer sin dejar rastro alguno.

Durante ese mismo año las naves en forma de disco aparecieron en California, Estados Unidos. El incidente se dio a conocer por el piloto Rex Hardy quien durante dos días consecutivos se percató de la presencia de los misteriosos objetos mientras realizaba vuelos de prueba cerca de las costas de Malibú.

Unas semanas después, objetos cromados con forma redonda, parecidos a una dona, pudieron percibirse en diferentes estados de la Unión Americana. De inmediato se emprendieron esfuerzos para tratar de interceptar a las naves voladoras sin éxito alguno.

Un misterioso “objeto grande con forma de puro” apareció en los cielos de Italia en 1954. La Fuerza Aérea italiana siguió la carrera de la nave durante casi cuarenta minutos por los equipos de radar del país europeo. Los testigos declararon que el aeroplano emitía un extraño sonido a su paso, poco usual en cualquier motor de avión común, algo parecido a explosiones.

Los sonidos cesaron. El artefacto se detuvo a una elevada altura para después elevarse en dirección vertical a una gran velocidad perdiéndose entre el cielo escaso de nubes. Poco después el objeto fue conocido como “el vaso volador” debido a su forma cilíndrica.

En otro punto de Europa, hizo su aparición un objeto con forma de disco amarillo luminoso, a pocos metros de una terminal aeroportuaria de Londres en 1959. Se mantuvo suspendido por poco más de 20 minutos para después tomar altura y desaparecer.

Lo ocurrido fue presenciado por un numeroso grupo de personas que se encontraban en el lugar.  Aunque el aparato no fue detectado por los radares, una estación de la Real Fuerza Aérea Británica pudo registrar la presencia. Investigaciones posteriores no pudieron determinar los verdaderos orígenes del artefacto, aunque rechazaron que se tratase de algún globo meteorológico o un efecto de las nubes.

En otras latitudes, específicamente en Sao paulo, Brasil, un piloto y sus trece pasajeros afirmaron haber visto un objeto volador desconocido que dio varios giros alrededor de su aeronave en julio de 1961. Ese mismo día, en Bogotá, dos pilotos de un avión privado presenciaron a un objeto en forma de plato mientras sobrevolaban la laguna de Fúquene a unos 6 mil metros de altura.

En julio de 1965, personal militar y científico de diferentes países, afirmaron haber observado un cuerpo celeste de color blanco en la zona aérea de la Antártida. En un informe se dijo que el objeto volaba con una trayectoria en forma de zigzag y por momentos permaneció suspendido en el aire. Durante el avistamiento los instrumentos de medición de campos magnéticos presentaron afectaciones en su funcionamiento.

Sobre el litoral norte de España, en la playa La Concha, cerca de San Sebastián, cientos de visitantes identificaron un objeto volador en forma triangular; la nave se alejó rumbo a mar abierto, en mayo de 1965. Ese mismo día, en una carretera de la región de Senlis, de Francia, un grupo de transportistas presenciaron el supuesto aterrizaje de un aparato del que bajó un tripulante para correr entre una zona arbolada de la zona.

La zona arqueológica de Sacsayhuamán, en Perú, fue el escenario de un suceso inédito para el fenómeno extraterrestre en el activo año de 1965. Varios turistas atestiguaron la llegada de un platillo volador en las inmediaciones de las ruinas incas. Del interior de la máquina descendieron dos seres de baja estatura, cuya boca era vertical y sus ojos brillaban de manera intensa, según relataron los presentes. Las entidades humanoides fueron definidas como ‘enanos de extramundo’. Del caso no se obtuvo más información.

LOS CASOS DE MÉXICO

La década de los sesenta trajo consigo la fiebre del fenómeno OVNI en la Ciudad de México, donde las personas se aglutinaban en diferentes puntos en búsqueda de los extraños artefactos en los cielos.

Diferentes versiones se generaron sobre experiencias de los capitalinos con las supuestas aeronaves provenientes de otros planetas. En Xochimilco, un grupo de campesinos aseguró haber sido perseguidos por un Ovni; los trabajadores del campo quedaron aterrorizados al grado de requerir atención médica.

En septiembre de 1965, la actividad en los cielos de la capital se intensificó. Desde distintos puntos de la gran urbe se pudieron observar luces de diferentes colores que volaban en diferentes direcciones perdiéndose entre las nubes.

Decenas de curiosos salían de sus casas para presenciar los extraños artefactos voladores en el cielo. Calles y avenidas se paralizaron, como Bucareli, donde los autos prácticamente detuvieron su marcha para mirar hacia arriba. El número de los llamados “ovnividentes” -personas que se dedicaban a vigilar el firmamento- iba en aumento, a pesar del elevado escepticismo sobre el tema.

Iguala, Guerrero, fue lugar para otro caso más donde testigos aseguraron haber visto como un Ovni perdió altura a unos cuantos kilómetros de la ciudad; en plena madrugada, el conductor y los pasajeros de un autobús estuvieron a punto de chocar contra el aparato, esto en 1967. El chofer dijo que una luz le hizo perder la visión; detuvo la marcha del camión de forma estrepitosa, en ese momento, otro destello hizo volar a la aeronave entre la oscuridad. A la zona llegó el comisario ejidal para realizar una investigación sin que se dieran resultados concluyentes.

MÁS CASOS

La creencia de la existencia de seres provenientes de otros planetas, incluso de otras galaxias, se extendió a lo largo de todo el orbe. El fenómeno se acrecentó debido al aumento de casos y avistamientos; los testimonios de personas que aseguraban haber presenciado objetos luminosos de procedencia inexacta en los cielos de diferentes ciudades alrededor del mundo.

Un guardia de seguridad del fuerte militar en la isla Terceira, Portugal, indicó que fue atacado por un objeto volador con forma de plato. Mientras realizaba un recorrido notó interferencia en la señal de radio, en cuanto levantó la mirada se percató de la presencia de un platillo con extraños tripulantes en su interior dirigirse lentamente hacia su posición.

El custodio de nombre Serafim Vieira notificó a uno de sus compañeros, pero pronto perdió el conocimiento. Al despertar en el hospital, Vieira declaró que un vapor lo rodeo momentos antes de desmayarse. El hecho ocurrido en 1968, fue narrado por algunos medios portugueses sin darse pormenores.

En septiembre de ese mismo año, pilotos españoles trataron de perseguir a un par de esferas que se desplazaban sobre el espacio aéreo de Madrid. Los aviones militares perdieron combustible, por lo que, dejaron de seguir a los dos misteriosos globos. Un comunicado oficial del Ministerio del Aire detalló que los elementos esféricos ya habían sido detectados por los radares en días anteriores.

Un objeto volador no identificado fue visto por una pareja en Marruecos cuando transitaban en su automóvil a las cuatro de la mañana; la entidad aérea giraba y parecía caer de manera impetuosa sobre Rabat, capital del país africano. Unos días después, en julio de 1969, en Túnez fue reportada a través de una estación de radio la aparición de una esfera azulada de grandes dimensiones que durante diez minutos hasta desaparecer hacia el norte.

Iniciada la década de los setenta, los casos se mantuvieron presentes en la vida diaria. El escepticismo llevó a muchos expertos a rechazar el tema, mientras que los especialistas afirmaban la presencia de vida inteligente de otros planetas en la Tierra. A mediados de la década comenzaron a celebrarse congresos y mesas de debate alrededor del fenómeno.

En 1977 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comenzó a recopilar información de casos y testimonios alrededor del mundo con el fin de realizar una primera investigación. La comisión política especial del organismo detalló que se haría un sondeo entre los expertos para la realización de un foro mundial a partir de testimonios reales.

En esos mismos años, autoridades de gobiernos como España o Italia dieron a conocer informes detallados acerca de los avistamientos ocurridos en sus territorios desde 1947. Los documentos revelaron decenas de casos de encuentros con platillos voladores y otros elementos extraños en los cielos.

La llegada de la década de los ochenta y los noventa, trajo consigo una nueva oleada de avistamientos principalmente en Estados Unidos y una buena cantidad de países a nivel global. Las abducciones o supuestos secuestros alienígenas comenzaron a cobrar mayor fuerza y terror entre las personas. Los casos de desapariciones atribuidas a la presencia de seres extraterrestres se multiplicaron, al mismo tiempo que los casos falsos y la charlatanería han puesto en duda la no comprobada veracidad del fenómeno.

El enigma de la vida inteligente en otros planetas se ha convertido en objeto de estudio hasta la actualidad. A raíz de los primeros acontecimientos de primer tipo, han surgido una serie de investigadores especializados en el tema a lo largo y ancho del planeta. Al día de hoy, con los avances tecnológicos, se ha facilitado la captación de objetos contundentes en el cielo cuya naturaleza sigue siendo un misterio.

Excélsior

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp