‘Ya se quería morir’; Rudo Rivera revela cómo fueron los últimos días de La Parka

La lucha libre es sinónimo de personajes, máscaras y misterio, y pocos han logrado la trascendencia y popularidad de La Parka, creado por el fallecido fundador de AAA, Antonio Peña. Incógnita llevada por dos hombres dentro de la Tres Veces Estelar, muchos se identificaron con Jesús Alfonso Escoboza, el segundo en ser La Parka y quien trágicamente murió tras un accidente en una función en Monterrey.

Recordándolo en una entrevista con El Blog de la Lucha, el reconocido narrador, Arturo Rivera, aseguró que La Parka “ya no quería vivir” porque sabía que estaba condenado a no volver a caminar e incluso pidió a su familia que le dejaran morir, según las palabras del Rudo.

“Quedé impactado cuando me dijeron lo que pasó en Monterrey, estuvo internado dos meses y yo creo que él ya presentía algo, ya no tenía ganas de vivir porque vivir sin poder estar en el ring no era vida. Lo trasladaron a Hermosillo, estuvo unos días en su casa y recayó, de ahí se vino para abajo y ya no quería vivir, le dijo a su familia: ‘Déjenme descansar’ y se fue”, afirmó el Rudo Rivera.

La Parka original nos renunció en la cárcel: Rudo Rivera

Antes de que Jesús Escoboza portara la indumentaria de “la huesuda”, el honor perteneció a Adolfo Tapia, a quien hoy conocemos como L.A. Park, y de quien el Rudo Rivera explicó cómo le renunció a Antonio Peña tras ser detenido en la ciudad de Puebla por un problema con la autoridad.

“Antonio Peña buscó llevar gente de nombre para darle un giro al espectáculo, entre ellos Adolfo (Tapia), a quien no considero un hermano, pero tampoco un enemigo. Le va muy bien y yo no tuve problemas con él cuando demandó a AAA por el nombre (de La Parka), AAA lo lleva a los juzgados y ya son cosas que no me corresponden”, recordó.

“Hubo una lucha en Puebla y terminando la función todos nos fuimos al hotel. Al otro día me llama muy temprano Toño Peña para decirme que se habían llevado detenido a La Parka y sabemos que Adolfo tiene un carácter muy fuerte. Toño me dijo que iba a verlo para ver si lo dejaban libre y así fue, pero me contó que Adolfo le renunció ahí mismo afuerita de la cárcel porque dijo que nadie estuvo a su lado cuando lo necesitaba, pero nadie estaba enterado que lo habían detenido”.

Medio Tiempo

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