América Latina es el “paraíso” de las investigaciones con humanos por la falta de regulación en experimentos

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Los experimentos científicos en humanos son una práctica que ha sido utilizada desde hace décadas. Independientemente de los fines que se persigan con esto, una historia de abusos se esconde detrás de los “conejillos de indias” humanos que son utilizados como carne de cañón en los laboratorios.

La investigadora Julie Aultman recopiló, en el estudio titulado “Abusos y disculpas: conducta irresponsable en la investigación con humanos en América Latina”, casos en los que denuncia la falta escrúpulos con la que algunos investigadores acuden a países que son candidatos potenciales para realizar ensayos con personas.

En su trabajo, que publica la revista de la Sociedad Americana de Derecho, Medicina y Ética, señala las razones por las que determinadas compañías acuden a países latinoamericanos a realizar sus trabajos. “Investigadores de todo el mundo reconocen que muchos de los países en desarrollo de América Latina no tienen ni las reglas ni las regulaciones estrictas que se dan en los países de origen de los investigadores y sus instituciones”, dice Aultman.

Incluso en caso de existir reglas de este tipo, la corrupción existente en ciertos aspectos de las instituciones médicas o del gobierno de estos países da pie a la aparición organizaciones dispuestas a sobornarlas con tal de abaratar sus experimentos.

“América Latina también se ve como ‘El Dorado’ para la investigación debido a que en comparación con Estados Unidos, Canadá y muchos países de Europa, existe una menor carga financiera para llevarlas a cabo. Los gastos asociados a la contratación y remuneración de personas es significativamente menor dados los bajos ingresos de los países en desarrollo”, dice la investigadora.

Foto: EFE

Foto: EFE

Uno de los casos de más sonados, en Latinoamérica, sobre “conejillos de indias” humanos, ocurrió en la década de los 40 en Guatemala. Entre 1946 y 1948, el Servicio Público de Salud de EU realizó experimentos en cientos de prisioneros y enfermos mentales guatemaltecos, a los que se infectó deliberadamente de sífilis y gonorrea.

Durante los experimentos fallecieron al menos 71 personas, a los cuales se les vertían bacterias en heridas que abiertas en sus brazos, caras y penes. La gravedad de estas aplicaciones llegaba al extremo, en algunos casos, en que se inyectaba la enfermedad en la columna del “conejillo de indias”.

“Me temo que todavía hoy en día se siguen produciendo estos abusos en América Latina”, dice Aultman. “No en la medida de los estudios de Guatemala, pero abusos (…) Muchos de ellos se derivan de la falta de conocimiento público de los pasos que implica una investigación ética”, agrega.

Sin embargo, a lo anterior contribuyen también las características propias de algunos ciudadanos de los países de América Latina, lo que los convierte en el blanco ideal para estos abusos. Gran parte de los 450 millones de latinoamericanos tienen organismos vírgenes de fármacos que no han sido adulterados por drogas que pudieran interferir en los experimentos con medicamentos. Por si fuera poco, el que muchos de ellos presenten un bajo nivel educativo, los hace especialmente vulnerables al engaño.

En la actualidad, Perú es señalado como el mayor proveedor de sujetos de prueba. En 2008, aproximadamente de 13 mil peruanos participaron en ensayos clínicos de algún tipo y ninguno de ellos fue revisado o supervisado de manera adecuada por autoridades nacionales o internacionales.

Aultman aporta en su estudio distintos remedios contra estos abusos, empezando por la creación de comités que revisen los experimentos que se realicen en cada territorio nacional y además recalca la importancia, no sólo de descubrir y aprender sobre ellos, sino de estar atentos para estar atentos para proteger a las poblaciones vulnerables

América Latina es el “paraíso” de las investigaciones con humanos por la falta de regulación en experimentos

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