El riesgo del Fracking

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El Fracking, o fractura hidráulica es una técnica extractiva de hidrocarburos, que libera el gas y petróleo que se encuentra almacenado en los poros de rocas poco permeables como las lutitas. Consiste en añadir productos químicos al agua para reducir la fricción con la perforación horizontal y así poder extraer más petróleo y gas; esta técnica parte de la perforación de un pozo vertical que llega a profundidades de hasta 5 kilómetros, acompañada de una o varias perforaciones horizontales que pueden extenderse entre 1 y 1.5 km cada una.

Debido a la baja permeabilidad de la roca que contiene este gas es necesario fracturar la roca inyectándole una mezcla de agua, arena y entre 650 y 990 productos químicos, algunos de ellos muy tóxicos, a elevada presión para hacer que salga el hidrocarburo. Al retornar junto al gas y los químicos a través de la tubería, el líquido de retorno arrastra frecuentemente sustancias peligrosas, incluso radioactivas. Metales pesados, como el mercurio o el plomo, llegan a la superficie, siendo acusados de generar riegos a la salud. Esta agua destinada al fracking queda atrapada en el subsuelo o regresa a la superficie inutilizable para otras actividades debido a su alto grado de contaminación.

Esto pone en mayor riesgo la garantía del derecho al agua, establecido en el artículo 4° de la Constitución Mexicana, que a su vez, consagra el derecho a un medio ambiente sano, a la salud y a la alimentación, entre otros.

Con la Reforma Energética aprobada, empresas transnacionales como Chevron, Halliburton, Weatherford, Schlumberger y Exxon, han entrado al país para explorar y extraer hidrocarburos en nuestros territorios, ofreciéndoles además garantías inusitadas. En San Luis Potosí, ya se tienen explorados 18 municipios para realizar fracturas, cómo: Aquismón, Axtla de Terrazas, Ciudad Valles, Coxcatlán, Ebano, Huehuetlán, Matlapa, San Antonio, San Martín Chalchicuautla, San Vicente Tancuayalab, Tamazunchale, Tampacán, Tampamolón Corona, Tamuin, Tancanhuitz, Tanlajas, Tanquián de Escobedo y Xilitla.

Los daños a la salud y al medio ambiente de esta técnica son irreversibles y muy devastadores. Se ha documentado en los últimos años las muchas afectaciones provocadas por el fracking y el modus operandi de las empresas que lo realizan. Las empresas extranjeras que pretenden extraer hidrocarburos en nuestro país tienen muy mala reputación internacional en lo referente al respeto a los derechos humanos y al ambiente. Cómo ejemplo tenemos el caso de Ecuador donde Chevron (antes Texaco) acumuló la mayor deuda ecológica, de salud y económica en este país durante 28 años; sus operaciones significaron la destrucción y contaminación de grandes extensiones de selva en la región amazónica, y es fecha que a Ecuador no se les ha resarcido el daño.

Entre las consecuencias de este proceso destacan:

Contaminación de las fuentes de agua (acuíferos y aguas superficiales). Menor cantidad de agua disponible para los seres humanos, para las actividades productivas locales y para los ecosistemas. La fracturación de un solo pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua. Ello acarreará la disminución de la cantidad de agua disponible, lo que pondría en peligro los ecosistemas y la realización del derecho humano al agua y a la alimentación.

Impactos sobre la salud: Los expertos señalan que al menos 25% de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones, 37% afectar al sistema endocrino, 40% provocar alergias y 50% dañar el sistema nervioso. Los pozos de agua potable que abastecen a la población situados en cercanías de las zonas donde se aplica la fracturación hidráulica tienen altos niveles de metano y sustancias cancerígenas y neurotóxicas. Por otro lado, la población que habita cerca de los pozos tiene 66% de probabilidad de padecer cáncer asociado a la contaminación atmosférica. Igualmente, la toxicidad y los riesgos de accidentes asociados a esta actividad repercuten en la salud y la vida de las y los trabajadores de la industria.

Repercusiones sociales que se traducen en violaciones graves a los derechos humanos a la salud, al agua y al saneamiento, así como al medio ambiente sano, a la vivienda y a la alimentación adecuadas, entre otros. Se ha comprobado, en efecto, que, entre otras cosas, las sustancias utilizadas afectan la piel, los ojos, los riñones y los sistemas respiratorio, gastrointestinal, nervioso, inmunológico y cardiovascular, y que pueden también provocar cáncer y mutaciones genéticas.

Emisión de gases nocivos para la salud y emisión de gases que aceleran el proceso de cambio climático. Según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático en 21 años llegaremos a un punto sin retorno en el cual el planeta aceleradamente extinguirá poblaciones. A pesar de que la quema del gas emite menos contaminantes que la de carbón, su proceso de extracción, procesamiento y transporte desprende cantidades inaceptables de metano, uno de los más potentes gases de efecto invernadero.

La disposición de aguas residuales del fracking en pozos de inyección o “pozos letrina” pueden ocasionar sismos en la región. Alrededor del mes de septiembre, la Universidad Autónoma de Nuevo León presentó un estudio que relaciona el incremento de la actividad sísmica con la fracturación hidráulica en el estado de Nuevo León. El análisis efectuado por la Facultad de Ingeniería Civil acerca de la sismicidad del estado, determinó que la profundidad del foco de los movimientos telúricos coincide con la profundidad de los pozos perforados en la Cuenca de Burgos.

Contaminación acústica, donde el tráfico pesado en las carreteras es muy intenso. Cada pozo requiere casi 4 mil viajes de gran tonelaje en su vida útil. Si estamos hablando de comunidades rurales, donde normalmente estaban tranquilos —ranchos y demás— tendrán que olvidarse de la tranquilidad; las viviendas estarían rodeadas de pozos. Adicionalmente, el alto número de viajes de camiones supone daños a infraestructura vial (con costo en el erario) y aumenta la posibilidad de un accidente que genere una derrama de químicos de fractura, aguas residuales o hidrocarburos líquidos.

Si en otros lugares en el mundo ha sido prohibida la realización de esta técnica, por los efectos perjudiciales causantes en diversos sectores, no es posible aceptar que nuestro estado permita la entrada de estas empresas transnacionales y la realización de este método, conociendo ampliamente el daño al medio ambiente y a la población. Además debe de ponderar como responsabilidad civil, el principio precautorio, ya que al haber ausencia de información o certeza científica de los efectos de la extracción, se debe de suspender de manera inmediata el uso de sustancias tóxicas o radiactivas al ser un peligro de daño grave o irreversible en el ambiente, en la salud y en la seguridad pública.

Por lo anterior, he presentado ante el Honorable Congreso del Estado de San Luis Potosí un Punto de Acuerdo, que plantea exhortar a la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos; a la Comisión Nacional de Derechos Humanos; a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí; así como a la Secretaría de Energía del Gobierno de la República, para que se dicten las medidas cautelares necesarias en el territorio del Estado de San Luis Potosí, que impidan la extracción de hidrocarburos mediante el método de fractura hidráulica o “fracking”, hasta en tanto se pueda constatar que no se compromete la seguridad y los derechos de la población, así como la estabilidad del medio ambiente, esperando crear mayor conciencia sobre este tema que se antoja lejano, pero que está prácticamente en las puertas de nuestro hogares.

Agradezco su preferencia y le invito a visitarme en mis redes sociales: https://www.facebook.com/Dip.JorgeEscudero y twitter: @escudero69

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