La gasolina, el gran negocio

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La gasolina, el gran negocio

Todos los días observamos en los medios información acerca de la caída de los precios internacionales del petróleo, y lo primero que se nos viene a la mente es, porqué no ha disminuido el precio de la gasolina en nuestro país, cuando el 70% de los costos del combustible depende del precio del petróleo.

Por el contrario, en los últimos 8 años los consumidores hemos recibido duros y constantes golpes en el precio del combustible; en el período comprendido entre enero de 2007 a 2015, el precio de la gasolina magna se ha incrementado en 100.7%, y el diesel en 147%.

Para explicar el precio que pagábamos por la gasolina, es puntual señalar que hasta hace un par de años, el costo estaba determinado por 3 factores: el precio del petróleo, los impuestos y los subsidios.

Los subsidios se daban como una forma de compensar el precio de nuestra gasolina, ya que aquí se vendía más barata que a nivel internacional. La justificación técnica de esta medida era favorecer a las personas de menos ingresos, lo cual no es del todo cierto.

El subsidio acumulado a la gasolina representó entre 2006 y 2012 el 5.8% del PIB, que representaba en términos prácticos cerca de 15 veces el presupuesto que recibía el Programa Oportunidades para combatir a la pobreza.

Lo preocupante del subsidio a la gasolina es que para nada favorecía a las personas de menor ingreso, ya que quien más lo disfrutaba era la población más rica: el 10% de la población de mayor ingreso del país recibía el 24% del subsidio al precio de la gasolina, mientras que el 10% más pobre solo el 1.7%.

A partir de este año la situación cambió.

La gasolina, de representar una dura carga para las finanzas públicas del país, se ha convertido en uno de los principales ingresos del gobierno.

En 2015 el Ejecutivo Federal programó obtener 30 mil millones de pesos por concepto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en gasolinas y diesel, pero a consecuencia del bajísimo precio del petróleo, y que Pemex continúa vendiéndolas al mismo precio, el gobierno recaudó tan solo en el primer semestre del año 114 mil millones de pesos,y para final de año recaudará 200 mil millones de pesos más de los que programó.

¿Que significa esto? ante la caída del precio internacional de petróleo, el gobierno produce e importa la gasolina a un precio menor y la vende igual de cara.

Para rematar, según diversos analistas, en 2016 el precio de la gasolina será en promedio 45.6% más cara que en Estados Unidos, considerando el incremento proyectado para los combustibles en enero del próximo año.

En síntesis, el gobierno pasó de subsidiar la gasolina, a cobrar una mayor cantidad de impuestos a fin de a fin de continuar manteniendo una burocracia obesa e ineficiente.

En 2018, y a raíz de la reforma energética, el gobierno dejará de fijar el precio de la gasolina, y en ese momento los precios se establecerán bajo condiciones del mercado.

Mientras tanto, seguiremos sufriendo la voracidad de un gobierno que sacrificará más de 260 mil millones de pesos en impuestos que muy probablemente acabarán en gasto corriente, y no en lo que realmente le importa a la gente, la construcción de un mejor futuro y un presente con oportunidades.

No queda duda, a partir de este año y hasta el 2018, la gasolina será el gran negocio.

Alfonso Rodríguez

Twitter: @juvepon

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