Otra vez, gotas oftálmicas

Una vecina de la calle Eugenia asomó a su ventana y vio un cuerpo tendido sobre el asfalto. Eran las 7 de la mañana del 22 de junio. Cinco minutos más tarde, la frecuencia del Centro de Comando y Control, C2, informó que en el lugar se encontraba una persona inconsciente. El policía segundo Raúl Morales Portillo se acercó.

Asentó en su informe que “se encontraba tendido sobre el pavimento un masculino de aproximadamente 30 o 35 años de edad”. El policía lo halló “pegado a la acera” y “recostado sobre su brazo derecho”. La víctima no presentaba  “rastros visibles de violencia”.

Morales Portillo pidió el apoyo de una unidad médica. Un paramédico certificó que el desconocido se encontraba sin vida. Al poco tiempo arribaron peritos y policías de investigación. Se abrió una carpeta por  homicidio culposo por otras causas.

La víctima era un joven abogado que había regresado al país hacía tres semanas, luego de obtener un grado académico en Berkeley: Pablo González Kúsulas. La necropsia determinó que su organismo presentaba rastros de alcohol y de ciclopentolato, una sustancia que contienen las gotas oftálmicas y que en repetidas ocasiones ha sido empleada para dormir y robar a clientes de bares y antros.

Fue ciclopentolato la sustancia que mató a dos luchadores “mini” en el Hotel Moderno, una noche del año 2009. En aquella ocasión, dos hermanos gemelos que luchaban por dejar el alcohol —La Parkita y  Espectrito Jr., eran sus nombres de batalla—, recalaron en el bar La Nueva Revancha, en la zona de Garibaldi. De salida contrataron a una prostituta de 65 años, La Tía, y a su compañera de 45, a la que apodaban La Gorda.

El video de seguridad del hotel registró la salida de las mujeres momentos más tarde. Los gemelos estaban muertos sobre la cama. Las prostitutas sabían que los luchadores no tenían dinero, pero decidieron robarles los celulares. Les echaron gotas en la cerveza. La dosis, “muy fuerte para su corta estatura”, los mató. Las mujeres purgan una sentencia de 47 años.

Fue ciclopentolato la sustancia empleada en 2017 por las llamadas “Goteras VIP”, un grupo de mujeres que salían a rondar en bares de lujo y se hacían invitar a los domicilios de sus víctimas, donde, después de “gotearlos”, los esquilmaban (fueron detenidas en 2017, y liberadas un año más tarde por un juez que les dejó seguir su proceso en libertad).

El jueves de la semana pasada narré la forma en que dos personas fueron “goteadas” hace unas semanas en Garibaldi, y recobraron la conciencia nueve horas después en un hotel de la colonia Agrícola. Acabo de oír el testimonio de otro amigo, Jesús, quien abordó un taxi un sábado en la noche, al salir de un bar del Centro Histórico, y eso es lo último que recuerda: despertó dos semanas después en la Cruz Roja.

Por alguna causa —tal vez porque intentó defenderse—, sus agresores lo molieron con un objeto contundente: un tubo o una macana. Jesús fue abandonado en la Plaza de las Vizcaínas, donde permaneció tirado durante casi 24 horas.  Su rostro estaba tan desfigurado que, cuando su hermano fue a identificarlo, sencillamente no lo reconoció.
La suya era una historia más de ciclopentolato.

El abogado González Kúsulas asistió con una amiga al bar Palmas Karaoke, en Las Lomas. La amiga se retiró a las 2:30 de la mañana. Un video lo muestra a él cantando en el escenario, y manteniendo interacción con un hombre de camisa blanca, y posiblemente con dos mujeres que aparecen en la imagen.

A las 3:42 salió del lugar, acompañado por el hombre de camisa blanca, “y después ya no tenemos información”, dijo el abogado de la familia.
A las 4:50, González Kúsulas fue abandonado por el conductor de un auto blanco en una calle de la Nápoles.

Días después del hallazgo, dos hombres a los que habían reportado desaparecidos fueron ubicados en un hotel cercano a Parque Delta. Los habían dormido dos mujeres que acababan de “ligarse” en un bar de Narvarte.

El caso del joven abogado no coincide, sin embargo, con la forma tradicional de actuar de las “goteras” —quienes suelen abandonar a sus víctimas en hoteles de paso. Lo que sí había en el organismo de la víctima era el principio activo que contienen las gotas oftálmicas.

Lo que sí hay es un personaje y un auto que están perdidos. Y hay también un vacío que va de las 3:42 a las 4:50. 

@hdemauleon
[email protected]

El Universal

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