2024 EL AÑO DE LA PRIMERA PRESIDENTA

DESTACADOS, OPINIÓN, RADAR

2 de enero de 2024

El Radar

Por Jesús Aguilar

Este año, México vivirá un momento histórico, inétido, fuera de serie con la elección de su primera Presidenta. En la era de la competencia multipartidista, los gobiernos divididos y la alternancia democrática, una mujer se pondrá la banda presidencial por primera vez; en un país donde el machismo ha podrido los sistemas sociales, donde la representación pública va más en la categorización genérica que en la valía formal y el liderazgo orgánico la reflexión sobre su importancia es toral. En la última década se ha producido una normalización de las mujeres en puestos de liderazgo clave, que abarcan la presidencia del Congreso, el Senado, el Tribunal Supremo, gobernadoras y diversos cargos ministeriales. Las mujeres han logrado avances significativos en la política, la esfera pública y el mundo empresarial, lo que hace presagiar un avance inminente en el que una mujer rompa el techo de cristal y dé forma a la presidencia con su estilo único.

Sin embargo, el camino hacia la presidencia no ha sido nada fácil. Ambas candidatas, en medio de juicios y desafíos patriarcales, se han enfrentado a hombres poderosos dentro de sus partidos y deben afrontar la percepción de ser vistas como extensiones de figuras políticas masculinas. Las candidatas han tenido que reafirmarse, lidiar con las dinámicas partidistas y demostrar control sobre sus campañas, todo mientras lidian con cuestionamientos de los votantes que escudriñan su autonomía.

En el caso de la candidata de Morena, se plantean interrogantes sobre su control de la campaña: ¿es ella quien realmente lidera o es el Presidente quien ejerce su influencia? ¿Se distancia de un líder popular pero potencialmente limitante, o debe criticar el proyecto que alguna vez defendió? El escrutinio se extiende a su postura en temas progresistas y a la ruta de militarización iniciada en 2006. Mientras tanto, la candidata del PRIANRD se enfrenta a una serie de retos diferentes: navegar por la reputación de los partidos que la apoyan, criticar a un gobierno popular y encontrar una voz única ante el descontento.

En el cambiante panorama de la política mexicana, las mujeres desempeñan un papel central. Con la paridad de género en el Congreso, los avances en los ejecutivos locales y las elecciones presidenciales en curso, el impacto del género en las políticas públicas, los estilos de liderazgo, los derechos y el discurso público está bajo escrutinio. A medida que nos acercamos a las elecciones, la perspectiva de que las candidatas participen en debates, propongan políticas y se diferencien añade una capa de expectación. De cara al futuro, el nuevo año trae esperanza, especialmente para las generaciones más jóvenes que verán a una mujer asumir la presidencia. La perspectiva de pasar la adolescencia en un país gobernado por una mujer es un cambio radical, pero la verdadera prueba está en la fase postelectoral: el día después y la construcción de esa diferencia transformadora.

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