Ante la pobreza de las campañas de los candidatos con registro partidista formal, las propuestas de desdeñar las urnas el 7 de junio, o de hacer contar los votos para los candidatos no registrados, suenan más atractivas.
En febrero, un grupo de frenteciviquistas envió una carta a la presidenta del Ceepac, Laura Fonseca Leal, para pedir que la contabilidad de los votos no se agote en los candidatos con registro partidista, sino que también se compute la voluntad ciudadana que no se conforma con las ofertas de los partidos.
“Ser consejero electoral no es una distinción para servir a los intereses de los partidos, sino una representación que los compromete a atender los intereses ciudadanos, lo que exige de su actuación una verdadera convicción en favor de la democracia, que no se agota en los partidos, sino que se alimenta de la voluntad de los electores”, le señalan los firmantes, entre ellos el ex alcalde Guillermo Pizzuto Zamanillo, Alfredo Lujambio Rafols, Héctor Blanco Cedillo y otros activistas ciudadanos.
El espacio en las boletas para los candidatos no registrados se ofrece, pero nunca se cuenta. De la misma forma que no convino a los partidos facilitar el registro a candidatos independientes, no les interesó hacer valer la voluntad ciudadana más allá de las propuestas cada vez menos interesantes de los partidos políticos.
Como no obliga la ley de forma expresa a reconocerlos y contarlos, los votos para los no registrados serán una expresión folclórica y nada más, como en los años setenta, cuando el comediante “Cantinflas” era figura muy votada en elecciones presidenciales porque la gente lo anotaba entre bromas y veras.
En la misma acera del hartazgo ciudadano, aunque en otro punto, está la campaña para anular el voto, que promueve el poeta Javier Sicilia como una muestra de rechazo a la clase política. Ir a las urnas y anular la boleta, que cuente pero no sea válida para nadie, o romperla en la casilla, si se quiere, como acto de desobediencia civil.
Los maestros de la CNTE en Oaxaca o de la CETEG en Guerrero van más allá, andan más radicales: llaman a impedir las elecciones. El boicot electoral en formas más agresivas y no se descarta que incluso violentas.
En San Luis la propuesta de no ir a votar tiene seguidores y promotores, con posters y pegatinas en vehículos. Se oponen en serio y cuando exponen sus razones no puede uno sino reconocer que sus motivos no carecen de razón, aunque no sea legal lo que pretenden.
EL DEBATITO QUE VIENE
La elección para gobernador, por ejemplo, se acerca al primero de dos debates oficiales y por la calidad de la promoción al evento, así como el formato tradicional, no se ve mucho qué esperar: una pasarelita sosa de propuestas sobadas, generales, obvias y políticamente asépticas. Súper de flojera, como han estado los mensajes de las campañas hasta ahora, sin detalles sobresalientes de los que desearíamos ver.
Todavía peor, que nos salgan con la cantaleta de que están en campaña para ver qué les proponemos los ciudadanos. Se han pasado una vida viviendo del erario como servidores públicos y ahora resulta que no saben las necesidades de la población de a pie; cabe el beneficio de la duda: quizá su ignorancia es auténtica, porque los magníficos sueldos de nuestros funcionarios directivos, legisladores y ediles los han sacado hace mucho tiempo de vivir lo que vive la gente común.
La candidata del PAN se pierde en la generalidad. Abrazó con un enorme tesón la carrera a la gubernatura, no lo dudamos, pero todavía no nos hace saber para qué.
El más pulido y políticamente correcto de los candidatos, el priista Juan Manuel Carreras, ensartó en ocasión del Día del Trabajo otra de las muchas cuentas que lleva en su vistosa oferta de deslumbrantes obviedades firmadas: se comprometió, con la CTM, a “apoyar la capacitación sindical”, a “fortalecer el diálogo entre los tres niveles de Gobierno con el sector Productivo y Sindical para consolidar la paz laboral en el Estado” y a la “Modernización en la Administración de la Justicia Laboral”. Se comprometió, y firmando, a hacer lo que por ley es la obligación de un gobernador, y desde luego habremos de aplaudirle.
Como no quiere que le toquen el son del gobierno de donde salió, no se entera que puede hacer mucho por la justicia laboral si empieza por barrer desde arriba la Secretaría del Trabajo y Junta Local de Conciliación y Arbitraje, colonizadas por los intereses de despachos que han tenido un éxito brutal e inexplicable como abogados patronos de cuanta causa rentable cae por ahí.
No está el candidato para que se le pida demasiado. Quiere flotar sin roces para sus jefes hasta las urnas; nada de incomodidades como eso de hablar del cochinero administrativo en el DIF.
Lo malo para él es que aunque se esfuerce al mil para que se dejen de lado sus ligas inconvenientes, su equipo es un cultivo de torancismo de la cepa menos benigna. Seis años más de chismes, intrigas de lavandería y medianías empoderadas.
El candidato del PRD, Fernando Pérez Espinoza, intenta verse plantado, pero es difícil hacer creíbles de su boca posturas que él votó en contra como legislador priista y hasta operó para que salieran al gusto del gobernador: impuestos, tarifas de camiones urbanos, nominaciones, todo lo que le ordenaron se echó encima.
Eugenio Govea Arcos, del Movimiento Ciudadano, es el que más ha sabido qué hacer y decir en su campaña. No las deja ir y tiene claro el nivel de decepción del gobierno local. Lamentablemente es un experimentado piloto de la NASCAR tratando de ganar una carrera en un Matiz con motor de podadora.
Vaya candidatos y partidos que no son capaces ni de generar expectativa. Predecibles hasta el tuétano y no para bien. Como guinda a nuestra salud está lo que nos costarán y lo que se gastarán. El tope para gobernador andará en 19.7 millones de pesos, de los cuales la mitad, no menos, es financiamiento público. Los partidos nuevos y los pequeños gastarán a su medida.
EN CASCADA
Pero si los candidatos a gobernador, de quien se espera “hagan punta”, no traen claro que lo importante es lo que la gente entiende, no lo que ellos dicen, los abanderados a otros cargos transitan de la invisibilidad al ridículo, y de regreso.
Los hay pragmáticos, como don Óscar Bautista, que los tiene sin cuidado el mensaje, la propuesta y la escarapela democrática. Él va por votos para ser otra vez diputado local y en eso estriba su campaña de mucha dádiva y ligas con sus bases. En su distrito, candidato que no da nada, candidato que está perdido.
Otros andan proponiendo cada fantasía. Los que van por un escaño en San Lázaro, sobre todo, como si en verdad tuvieran margen, cuando hace años que un legislador potosino no destaca en las esferas de decisiones en el Centro de los poderes federales; hemos enviado al Congreso de la Unión puro relleno cremosón para engordar las votaciones.
De remate a tanta precariedad de los partidos y sus candidatos registrados, la autoridad electoral local sufriendo como la Bartola a la que le dejaron dos pesos para la renta, el teléfono y la luz. Que no tienen ni para cubrir los convenios con el INE y que de Gobierno ya les han dicho que no hay dinero para más gasto democrático.
Con algo más de descaro, porque está ridículamente prohibido, pero una campaña para no votar tiene buen sustrato donde crecer, prosperar y florecer.
ROLLOS SUELTOS
DE REGRESO. El ex director general de la Policía Estatal, José Luis Urban Ocampo, ya se habrá presentado para estos días en la Sedena, donde trabajaba antes de incorporarse a las fuerzas policiales del Estado. Hasta septiembre tiene derecho al año sabático. Quién sabe si espere ser reincorporado en el área de seguridad con la próxima administración estatal, porque algunos esfuerzos hizo el polémico militar con aspirantes del lado del PRI.
SUEÑO REPETIDO. Tenía Urban su modo para promoverse. El teniente coronel fue contactando con los aspirantes priistas en los meses finales del año pasado y les daba de propia voz una especie de informe de los avances que él creía encomiables en materia de seguridad. Luego, exponía que su único y verdadero interés es que esos logros “no se perdieran” con el cambio de gobierno.
QUÉ COMPAÑERITOS. Hechos públicos los tratos de Urban con el candidato del PAN a la alcaldía de Soledad, grabado en conversación telefónica incluso hablando de apoyos para resolver sus malas finanzas personales, al gobernador no le quedó de otra más que retirarlo del cargo, pero también al secretario de Seguridad, Joel Melgar, a quien apuntan la mayoría de las versiones sobre el origen de la intervención telefónica.
POLIS Y “GRILLA”. Melgar y Urban no coincidieron nunca y si uno apuntaba para amigo de panistas soledenses, al otro le asomaban los aprecios amarillos en la misma demarcación. La llamada para el cese agarró a Melgar de regreso de una reunión regional sobre seguridad, pero además, el ex jefe policiaco debe estar rogando porque su sucesora, Concepción Tovar Monreal, no sea rencorosa.
LA SUCESORA. El personal en las oficinas de Volcán Tacaná recuerda que doña Coni Tovar llevaba buen tiempo perdido en antesalas para tratar con el entonces inaccesible secretario un asuntillo relacionado con inhibidores de señal de telefonía que no dieron los resultados esperados, pero fueron adquiridos en forma muy opaca y a un precio nada módico.
A PEDIR FRÍAS. Un mensaje de Melgar en redes sociales informaba su reincorporación en la Policía Federal, sin detalles. En cuanto al desmecatado ex director policiaco, va a ser dato saciamorbos a dónde lo reencuadran, porque al menos por los rumbos de la doceava zona militar varios eventos le dejaron la reputación como elote en anafre, medio tatemado.
¿OTRA CHANCE? El hombre que recomendó a Urban, el ex jefe de zona militar Arturo Gutiérrez García, no les es desconocido a Juan Manuel Carreras, candidato del PRI a gobernador. El general tiene en San Luis quien le apueste si las urnas dan por esa ruta, aunque va a tener competidores, y persistentes, de esos que ya le llevan un proyecto apantallador, o ya se hacen aclamar por “don X” o “don Y”.
¿ALGUIEN LO HA VISTO? Que la SSPE adquirió un dron de vigilancia aérea hará un par de años y se supone que quedó en manos de la Policía Estatal. Nunca tuvo el gobernador tiempo de presentarlo, pero el egreso se hizo.
Fuente: Pulso