Expertos advierten que los docentes se limitan a métodos de transmisión de conocimientos y de memorización, por lo que la preparación es deficiente Se comprometen con el aprendizaje de sus alumnos, les gusta su profesión, destacan por su alto sentido de responsabilidad y tienen avidez por saber más; sin embargo, el maestro mexicano de educación básica carga con el estigma de una deficiente preparación cursada en la tradicional escuela normal y de limitar su desempeño a lo que dicta el sindicato. El magisterio nacional que imparte clases en preescolar, primaria y secundaria representa 63 por ciento de todos los profesores de México, y aunque es un gremio muy diverso, que va del docente que da clases en escuelas sin luz hasta el que tiene pizarrón electrónico en el salón, especialistas en educación destacaron rasgos que en términos generales identifican al profesor que trabaja en una escuela de educación básica. A unos días de conmemorarse el Día del Maestro, el próximo 15 de mayo, especialista consideran que, aunque existen diferencias importantes entre un maestro que enseña en un plantel indígena y otro que acude a una escuela urbana, lo cierto es que ambos tienen deficiencias en su formación. La educación en las escuelas normales “ha sido deficiente durante muchos años”, debido a la improvisación de los programas para prepararlos, afirmó la recién nombrada presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes. “Una de las cosas que más preocupa es que los formadores de las normales son personas que ellas mismas fueron educadas con métodos de transmisión de conocimientos, con sistemas memorísticos y ellos las repiten a los futuros maestros.” “Desgraciadamente repiten el sistema con el que se formaron, les dictan a sus alumnos, les hacen aprender cosas de memoria, les ponen evaluaciones para repetir lo que dijo el maestro en clase, lo que dice el libro, y entonces los maestros se forman de esa manera y lo reproducen y transmiten en las aulas donde ellos enseñan a niños de educación básica”, lamentó la especialista del INEE. En ello coincidió el investigador en educación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Carlos Ornelas, al señalar que los planes de estudio en las normales “dejan mucho qué desear”, porque los futuros maestros egresan con bajas calificaciones y adquieren pocas habilidades para la enseñanza, lo cual repercute en el aprendizaje de sus alumnos. “La capacidad intelectual de los docentes es mediana, no tienen conocimientos profundos de sus materias, muchos son improvisados y no tienen una visión de lo que pasa en el mundo, porque no son lectores frecuentes y arman sus opiniones conforme a lo que ven en la televisión”, aseveró el académico de la UAM. De hecho, datos del Instituto de Fomento e Investigación Educativa revelaron que el gusto por la lectura entre los docentes es bajo, ya que quienes tienen ese hábito apenas leen 2.6 libros al año. Aunado a ello, cifras de un estudio de la UNESCO de 2011 indican uno de cada cuatro docentes no cuenta con formación pedagógica específica, es decir, que no tiene título de licenciatura o normalista. Solamente diez por ciento de los maestros de educación básica se ha formado en escuelas privadas, lo cual demuestra que la mayoría estudió en las escuelas normales públicas a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Para Leopoldo Rodríguez Gutiérrez, integrante del Colegiado Nacional de Desarrollo Educativo, Cultural y Superación Profesional del SNTE, el común denominador de los maestros es que su formación en las escuelas normales ha quedado desfasada de lo que deben enseñar a sus alumnos, porque “la capacidad didáctica que tienen no se traduce en un aprendizaje que sus alumnos apliquen en la vida diaria”. Actualmente, apuntó, los maestros de educación básica tienen carencias para detectar las dificultades individuales de los alumnos y, con base en ello, tener la habilidad para que no se queden rezagados. Los que ven una “profesión segura” Por su parte, la secretaria académica del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, Catalina Inclán Espinosa, señaló que muchos docentes de primaria o secundaria obtuvieron una plaza porque vieron en ella “una profesión segura” o porque provienen de familia de docentes, lo cual es muy frecuente en México. Y eso también se percibe en el estudio elaborado por la UNESCO, titulado Los docentes mexicanos, el cual indica que casi 60 por ciento de los docentes en nuestro país tiene un familiar en el magisterio. “La mayoría tiene a la madre, el padre o un tío en el campo de la docencia, lo cual impacta sobre la elección de los hijos a tener la misma ocupación”. A la par, Ornelas distingue, en una estimación general, que 70 por ciento de los maestros no tiene una vocación para hacerlo; “entraron a la profesión por la búsqueda de un empleo seguro y honesto para ganarse la vida, pero les falta dedicación al servicio del aprendizaje de sus estudiantes. Ahí hay problemas severos”, enfatizó. No obstante, Schmelkes destacó que pese a las deficiencias formativas y a que muchos han ingresado al magisterio por herencia de plazas, el profesor que diario está en el aula se distingue por su avidez por saber más, con el objetivo de mejorar su práctica docente, le gusta acudir a cursos de actualización y tiene una necesidad de seguir formándose todo el tiempo. Para Catalina Inclán, los maestros no sólo destacan por su necesidad de actualizarse, sino que también hay muchos que sobresalen porque “experimentan las condiciones de pobreza en las que trabajan y en la que viven sus alumnos y eso los hace más sensibles para ayudarlos”. El problema de raíz, enfatizó la presidenta del INEE, es que su preparación en la escuela normal restringe sus estrategias para innovar en el salón de clases, ya que siguen usando métodos de enseñanza enfocados en la memorización y en transmitir conocimientos sin buscar prácticas para que el alumno aprenda cómo usarlos en la vida diaria. “No hay desarrollo de la habilidad en el magisterio mexicano para que los alumnos trabajen en equipo, desarrollen actividades de investigación para que desarrollen una escritura creativa y tengan ejercicios de razonamiento, porque los propios docentes no tuvieron la ocasión de ser formados así”, explicó Schmelkes. “Y eso es una de las cosas que nos preocupa y creo que una de las cosas más importantes que los maestros deben superar con apoyo de la SEP y los estados”, para que se pueda mejorar la calidad del aprendizaje de los niños. Pese a esas serias deficiencias que caracterizan al maestro de preescolar, primaria o secundaria, los expertos apuntaron que su sentido de responsabilidad profesional se adquiere en la práctica, al grado de que la presidenta del INEE consideró que 98 por ciento de los maestros son personas responsables que saben la importancia del papel que tienen que cumplir, aunque eso no significa que desarrollen en la misma proporción el afecto y cariño por sus alumnos, acotó Ornelas. En zonas indígenas, por ejemplo, todavía es muy común que los profesores recurran a castigos físicos, maltrato sicológico, discriminación o burlas hacia sus alumnos, lo cual repercute de manera negativa en su desarrollo y aprendizaje. Según datos del INEE, en esas regiones marginadas dan clase 31 por ciento de los maestros, en tanto que el resto asiste a una escuela urbana pública o privada. Respecto a datos de sexo y edad, el INEGI indica que 68 por ciento de los profesores son mujeres y 32 por ciento son hombres; la mitad de los maestros de educación básica tienen entre 30 y 44 años de edad; menos de 18 por ciento está por debajo de los 29 años, y 32 por ciento oscila entre los 44 y más. Aunque los más jóvenes dan clase en preescolar y primaria, mientras que en los de secundaria hay más docentes que tienen un promedio de 45 años. A su vez, el INEE identificó que quienes laboran en las escuelas indígenas son más jóvenes, de menor experiencia, tienen más dificultades para acceder a programas de compensación salarial —Carrera Magisterial— y se enfrentan a condiciones de trabajo más difíciles, pues a menudo tienen que asumir todas las tareas directivas. “Los directores de educación indígena son los más jóvenes, en mayor proporción tienen dos años o menos como director en la misma escuela; casi ocho de cada diez cumplen funciones docentes y sólo una tercera parte está incorporada a Carrera Magisterial”, indica el Panorama Educativo de México 2012, elaborado por el INEE. Sobre su condición social, el análisis de la UNESCO muestra que los maestros mexicanos no están en las posiciones más privilegiadas de ingreso, sino que la mayoría se encuentra en una posición social de clase media; “70 por ciento de los docentes mexicanos ocupa los escalones más bajos de la estructura de distribución del ingreso”. No obstante, seis de cada diez maestros de escuelas urbanas consideran que su hogar no es pobre, aunque 27 por ciento cree que su casa sí es pobre, lo cual resulta preocupante, porque muestra que entre el magisterio hay una “insatisfacción profunda”, que tiene consecuencias negativas en el cumplimiento de la función docente, alertó la especialista Inclán. Tipos de docentes De acuerdo con expertos entrevistados por Excélsior: Existen diversas categorías para clasificar a los docentes, pero son los alumnos quienes más establecen los tipos de maestros en función de sus habilidades en el aula y en la manera como se relacionan con ellos. – El maestro destacado: Para los estudiantes es el que sabe de lo que habla, resuelve sus dudas y les dice con claridad cómo hacer los ejercicios. – El maestro simpático: La clase es entretenida, no grita ni regaña y sabe motivar a los estudiantes para que trabajen en clase y hagan la tarea. – El maestro barco: Sabe poco, no se preocupa porque aprendan, pero les otorga buenas calificaciones sin enseñar mucho. Es el que no se esfuerza para que aprendan, aunque apruebe a todos. – El maestro innovador: Utiliza materiales adicionales a los libros para dar la clase, busca que los alumnos participen más y hasta pone juegos para que aprendan mejor. – El maestro gruñón: Es el que se enoja si no contestan bien, grita, regaña y amenaza con castigos a sus alumnos. http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/05/12/898677#.UY-43MI_R78.twitter]]>
Retrato hablado: Aprenden y enseñan a la antigüita
Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp