La Prevención, un camino por andar contra la trata

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En el marco del 30 de Julio, Día Mundial contra la Trata, Naciones Unidas ha dado a conocer una investigación a propósito de éste, uno de los más oprobiosos fenómenos criminales del nuevo milenio. La publicación, denominada “Diagnóstico Nacional sobre la Situación de Trata de Personas en México” permite una aproximación al respecto de las principales formas de enganche que se producen desde los tratantes hacia sus víctimas y más importante aún, da una escenario de ellas, de su perfil y de sus vulnerabilidades, lo que apertura una ruta para la prevención y la aplicación de políticas públicas. Pero ¿Quién es en México la víctima de trata?

De entre las diversas fuentes, dígase aquí las instituciones del Estado encargadas de afrontar el fenómeno así como las organizaciones de la sociedad civil y entidades académicas los siguientes datos: 20 mil niños y niñas son captados por redes de trata y 45 de cada 100 son niñas indígenas. Se estima que existen 16 mil niñas, niños y adolescentes que son explotados sexualmente. En 2009 la ENDIREH realizada por el INEGI indicó que 108 mil mujeres fueron forzadas a ejercer el trabajo sexual, 30 mil menores de edad han sido implicados en formas de delincuencia organizada y anualmente 20 mil personas son víctimas de éste delito.

El perfil de las víctimas de trata con fines de explotación sexual y servidumbre doméstica lo constituyen en su mayoría mujeres y niñas con bajos niveles de escolaridad, en situación de pobreza y desempleo, con antecedentes de haber padecido distintos tipos de violencia en la familia de origen, con hijos o dependientes económicos, generalmente solteras aunque a veces en el caso de las que están unidas en una relación, es su pareja quien les explota, en algunos casos padecen adicciones o están relacionadas a otros factores de vulnerabilidad como sucede con las mujeres migrantes o las que pertenecen a comunidades indígenas.

Sin embargo, estos factores permanecen para otras formas de trata, como los trabajos forzados en donde son víctimas hombres jóvenes y adultos que son coercionados para trabajar en el sector agrícola, el comercial y en la construcción, pertenecientes a familias numerosas, también con condición migrante. Luego entonces, el abandono, la falta de oportunidades y la desigualdad que producen los distintas representaciones de la discriminación social e institucional a la que son sometidas las personas aunado a la violencia generalizada que se vive en el país hacen, acorde al estudio que la posibilidad de enganche por parte de los tratantes sea más efectiva.

De tal suerte que el criminal aplicara un modus operandi en relación a la vulnerabilidad de su víctima. Para el caso del trabajo forzado el enganche se sujeta a una oportunidad para obtener un mayor ingreso, lejos del lugar de origen, situación que sucede por ejemplo con los jornaleros agrícolas que de entrada ya tienen condiciones laborales inciertas, de allí la dificultad para distinguir cuando es una labor, mala y sin derechos usual, a cuando están siendo víctimas de un delito porque la comprensión de su actividad ya porta una predisposición para someterse a abusos.

Otra historia sucede con las mujeres, aunque hay casos en los que igualmente el enganche se produce por una supuesta oportunidad de trabajo, también se da por enamoramiento. En tal escenario el criminal tiene en cuenta no solo la situación socioeconómica, sino la carencia afectiva, deviene de esto la promesa de una relación, el cuidado, la protección entre otras seguridades que desde luego dan pie al engaño hasta el punto en que la víctima está lejos de sus redes familiares, a merced del tratante que puede inclusive llegar a embarazarla, a agredirla física y sexualmente hasta lograr su sometimiento.

Pero esto es solo una parte del entramado de contextos que se dan en éste delito, porque la trata no solo subsiste por la fragilidad de una sola persona, lo hace en la medida en que un gobierno no es capaz de proveer de condiciones dignas a su población, en lo que no invierte eficientemente en educación, trabajo y desarrollo, en lo que no forma de manera igualitaria a las personas, en lo que no aplica la ley, en lo que no previene, es ésta debilidad lo que fortalece a las redes criminales y hace falta mucho para desarticular sus trampas, pero ese documento es un comienzo y hay que hacer uso de él. A más ver.

https://www.unodc.org/documents/mexicoandcentralamerica/Diagnostico_trata_de_personas.pdf

Twitter: @Almagzur

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