A según qué discursos, los poderes se dan a conocer y entre las primeras ideas que pueden concluirse de toda la perorata de ésta semana es que en primer lugar no hay quien hable, escriba o gobierne, fuera de su esquema de creencias y segundo, que el resultado de las incongruencias de los gobernantes, entre lo que dicen y hacen, no ha sido otro que el de dejarnos en el mismo estado de indefensión para el que se supone han realizado acciones, o sea un conjunto de verbos en infinitivo que no sirven, ni significan un cambio para persona alguna. Me explico:
Al norte del país, a Margarita Arellanes Cervantes le dio por delegarle a Dios todas sus obligaciones, así tal cual señaló: “Abro las puertas del municipio a Dios como la máxima autoridad…” Total, si ya teníamos al Diablo haciéndose cargo de nuestros pecados, porque no ha de venir la tríada invencible para administrar su municipio. Sí da para la guasa, porque está de risa loca que una panista tan creyente no le haya dado ni una pasadita a la Biblia, sobre todo ahí donde dice que se da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, o de lo feo que se mira desde el cielo a la gente hipócrita y gritona de su fe, como bien cuenta el Sermón de la Montaña. Aunque ese tache en catecismo sea personal, más horrendo es no haber leído la Constitución que claro indica la laicidad del Estado y la separación entre éste y la iglesia.
No deje de mirar que si una autoridad como ella está encomendando a 4,653,458 personas, además de develar su incompetencia, da rumbo de a donde pretenden canalizar a las víctimas de una de las ciudades más inseguras del país.
Luego, tenemos el segundo intento del diputado federal Francisco Arroyo Vieyra para aprobar su proyecto de reforma constitucional, específicamente del artículo 1°. El “autor” de la propuesta ha señalado que da a la confusión que los derechos que brinda la Constitución y el marco de derechos humanos de carácter internacional que ahora son parte de la protección de todos y todas, estén en el mismo nivel de jerarquía, bueno inclusive que le hace como ruido en la cabeza ese principio pro persona que indica recurrir al instrumento que cubra de la mejor manera al ser humano. ¿Es nuestra culpa que no sepa de derecho? ¿Qué no tenga asesores? ¿Qué no sepa de lo que está hablando? No. No lo es, pero su poder y el cabildeo que antier fue frenado por organizaciones como Amnistía Internacional van a continuar.
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¿Y es que hasta donde le sigue conviniendo al poder, la creencia popular de que los derechos humanos son solo para delincuentes? ¿Y hasta qué punto lo refuerzan? Ahí está la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de conceder un amparo a Sergio Vázquez Linas, culpable de asesinar a una mujer delante de su nieto de siete años. ¿Es válido formalmente anular las diligencias realizadas con Vázquez Linas sin la presencia de su abogado? Si. ¿Pero quien llevó a cabo esas actuaciones? Créame, en materia de derecho penal, es error de primaria declarar o realizar cualquier diligencia con el acusado sin la debida representación. Por lo que la estupidez está directamente relacionada con el Poder Judicial. Dice el ministro José Ramón Cossio que es equivocado pensar que en la Suprema hay quienes están a favor del delincuente y otros con las víctimas. Pero no lo aclaran, y su decisión debe ser comprendida por toda la ciudadanía, que para eso se supone que saben mucho, para ser capaces de explicarse y responder por ejemplo: ¿Por qué los ministros no hacen el señalamiento directo en contra de los funcionarios que violaron el debido proceso? Máxime cuando ello contribuiría a solventar en alguna manera, el oprobio causado a las víctimas, que tanto señalan como prioridad, que también tienen derechos humanos.
Todo lo anterior, son ejemplos que relaciono a tres cosas: Una tendencia política (bastante torpe) hacía la promoción personal vía el uso de la fe. Otra, que pretende reducir el esquema de derechos y los avances alcanzados para su reconocimiento, aprovechándose de la falta de información de las personas sobre lo que están por perder y finalmente, una política criminal que de antemano sabe que cambiaran las reglas del juego pero no las trampas, que la impunidad sigue porque los jugadores están igual de maleados y nadie hace nada con ellos.
El punto es, los que ostentan el poder, vera que no siempre son inteligentes, ni saben lo que hacen, que no de gratis anda México postulando gatos y perros, aunque usted y yo seguimos siendo responsables de pensar a quienes estamos eligiendo para gobernar. Luego, si nosotros no hacemos propios a los derechos humanos, si no nos informamos de lo que son, si no los defendemos, los vamos a perder. Y desde luego que siempre se puede estar peor, la evasión es el camino. Al final, no hay nada más temible para el poder que una persona informada, que haga muchas preguntas, que exija, que sepa.
Está sonando la alarma. Por favor, despierte.
Claudia Almaguer.
Twitter: @Almagzur
