Fue en 2012 cuando a Fernando del Solar le detectaron linfoma de Hodgkin (cáncer en el sistema linfático, responsable de combatir las infecciones) en el pulmón derecho; a partir de esto, el conductor, quien en abril festejó sus 49 años, batalló con su salud por 10 años. En los días que estuvo relativamente bien, disfrutó la vida al máximo, pero tristemente, a finales de 2021, empezó a sentirse mal de nuevo y los médicos le informaron que el cáncer había regresado. Un familiar nos dijo:
-¿Cuándo comenzó a sentirse mal Fer?
Tristemente, nunca se curó del cáncer, Psiempre estuvo en revisión para evitar que las células cancerígenas se volvieran a propagar, desde que en 2012 le detectaron el linfoma en el pulmón derecho; un año después, un tumor en el izquierdo, y de ahí vinieron infinidad de neumonías. Luego vino el derrame pleural en 2015 (acumulación de líquido entre los pulmones y la pared torácica; cuando el cáncer crece en el espacio pleural, causa un derrame pleural maligno); en 2019 le detectaron un nuevo tumor en el pecho, fueron infinidad de quimios y radioterapias en estos diez años”.
-Su cuerpo sufrió mucho…
“Según lo dicho por la misma Anna, fueron 20 radiaciones y 59 quimioterapias. Fer ya estaba cansado, quería vivir, pero su cuerpo se cansó y finalmente llegó el momento que nunca queríamos que llegara”.
-¿Cómo fue que paró en el hospital en esta última ocasión?
“A finales de 2021 comenzó a sentirse mal, le dolía mucho el pecho y se cansaba mucho; acudió al médico, quien le dijo que había encontrado un nuevo tumor en el pulmón izquierdo, y de inmediato comenzaron a tratarle con quimios. El médico fue muy claro y le dijo que solo le daba seis meses de vida, ya que sus pulmones estaban muy dañados; les pidió tanto a él como a Anna, extremar sus cuidados para evitar que algún virus se alojara en sus vías respiratorias, ya que sus pulmones no podrían aguantar una neumonía más”.
-¿Cómo reaccionó Fer?
“No lo podía creer, de nuevo a comenzar con la lucha, ya sabía el camino y lo doloroso de este, pero en esta ocasión optó por ocultarlo porque no quería que la gente sintiera lástima por él, únicamente buenas vibras y tal cual se dedicó a vivir estos seis meses como si fueran el último día de su vida”.
-¡Muy triste!…
“Justo es lo que él no quería, que la gente lo viera con tristeza; él deseaba dejar el recuerdo del hombre alegre, y así se llevó este tiempo, con sus tratamientos, y acelerando las cosas para dejar todo en orden para sus hijos. Uno de los pendientes principales que tenía era su boda con Anna, pues le entregó anillo de compromiso en abril de 2021 y no quería irse sin estar unido a la mujer que lo cuidó y apoyó en sus últimos años de vida”.
-¿Por eso se realizó la boda?
“Justo por el tiempo de vida que él tenía y porque así lo querían ambos. Solitos se fueron a Cancún y allá se llevó a cabo la boda, primero con un ritual y luego una juez los unió ante las leyes mexicanas, y según sé, fue por bienes separados”.
-Me habías comentado que incluso pensaron en tener hijos…
“En determinado momento lo platicaron, pero ella ya tenía tres hijos de relaciones anteriores, mientras que Fer ya tenía a dos pequeños, entonces lo veían poco probable, aunque siempre dijeron que si en determinado momento pegaba, adelante, pero eso nunca pasó. Sin embargo, vivieron felices los más de cinco años que estuvieron juntos, se mudaron a Cuernavaca, en donde vivían con la hija de Anna, y los pequeños de él convivieron casi todos los fines de los últimos meses, ya que él así se lo pidió a la mamá y ella accedió al conocer su desafortunado diagnóstico médico, para que pudieran disfrutar de su padre en sus últimos días”.
-¿Quiénes sabían que le quedaban pocos meses de vida?
“Fernando, Anna, su mamá, sus hermanas y la madre de sus hijos; a su padre no quisieron decírselo, ya que don Norberto (q.e.p.d.) era un señor bastante aprehensivo y cada que su hijo estaba mal, él se ponía muy mal también; además ya estaba mal de salud y finalmente murió el pasado 12 de junio”.
-¿Qué nos puedes decir de su papá?
“La familia no ha querido dar mayor detalle respecto a la muerte. Por fortuna, Fernando aún pudo despedirse de él, aunque sin duda, este golpe tan duro mermó muchísimo su salud y desde ahí recayó”.
¿A qué te refieres?
“Desde principios de junio, Fer comenzó a sentirse mal, con un leve dolor en el pecho; luego, al morir su padre se deprimió mucho y bajó aún más sus defensas, el sábado 25 de junio amaneció con el dolor más fuerte y lo llevaron al hospital, pero no la libró. Los médicos le detectaron una fuerte neumonía, estuvo cinco días en terapia intensiva hasta que sus pulmones ya no soportaron más y murió la madrugada del pasado 30 de junio”.
-¿Cómo fueron estos últimos días?
“La última semana estuvo internado bajo sedación por la fuerte infección en los pulmones; tanto su madre, doña Rosa, como sus hermanas, Maru y Romina, y Anna, su esposa, nunca lo dejaron solo. Por fortuna, esta vez no tuvieron que hacerle traqueostomía, ni se tuvo que conectar a una máquina para mantenerlo vivo”.
-Como Fer lo quería…
“Así es, Fer ya había comentando que tenía firmada una carta de voluntad anticipada en la que pedía que lo desconectaran en caso de que tuviera que depender de vida artificial; gracias a Dios, la carta no se tuvo que utilizar, ya que orgánicamente su cuerpo no aguantó más y él solito decidió ‘ya no más’”.
-Qué golpe tan duro para su madre, doña Rosa, que 18 días antes perdió a su esposo…
“La señora es un roble, obvio está triste, pero fueron diez años de estar en hospitales, de ver a su hijo al borde de la muerte, de agradecer el milagro de que saliera una y otra vez. Es una mujer muy católica y siempre se lo encomendó a la Virgen y a San Charbel, en esta ocasión pidió con todas sus fuerzas que su hijo regresara a casa, pero tras enterarse de su muerte, entendió que Fernando ya se había cansado. Fueron días muy fuertes, pero finalmente su hijo trascendió y su alma descansó, eso es lo que la tiene tranquila, aunque el dolor existe”.
-¿Me dices que Fer estaba muy flaquito?
“Muy flaquito; su última aparición fue el 9 de junio en una conferencia en Chetumal y ahí estuvo llenándose de la energía de toda la gente. Se sentía feliz cada que salía y daba pláticas de su experiencia. Irónicamente, el 30 de junio, día en que murió, tenía programada una conferencia en Mérida, la cual cancelaron días antes de que él muriera y la programaron para finales de julio, esperando su mejoría”.
-Comentaste que Fer aprovechó este tiempo para dejar sus cosas en orden, ¿como qué?
“Al poco o mucho dinero que dejó, a alguna que otra propiedad o autos; lamentablemente, en vida, Fer gastó mucho en su seguro médico, el cual lo salvó de morir durante estos años, era un seguro de millones de pesos el cual cubría cualquier eventualidad en cuanto a salud y vaya que lo ayudó en estos últimos diez años. Los últimos meses no generó un sueldo mensual, ganaba de las conferencias que ofrecía y de algunas conducciones que hacía o publicidades, entonces no dejó mucho, pero lo poco que dejó fue para sus hijos y como albacea a su madre, doña Rosa, ya que Fer sabía que su abuela sería sabia”, concluyó.
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