La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa cumple nueve años este martes 26 de septiembre, y una de las interrogantes que plantean expertos es cómo fue que algunos de los supuestos responsables del posible asesinato de los estudiantes continúan libres o incluso son testigos protegidos por las autoridades.
Uno de ellos es Gildardo López Astudillo, conocido como ‘El Gil’, quien era uno de los operadores de la organización criminal, Guerreros Unidos, presuntamente responsable del asesinato de los jóvenes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, y quien su nombre provocó revuelo en días recientes, ya que acusan que el informe del Gobierno Federal entregado a los padres de los 43 estudiantes invita a que contacten a López Astudillo para acceder a las comunicaciones interceptadas del 26 de septiembre de 2014, donde el presunto criminal habla sobre el posible paradero de los normalistas.
“El secretario de la Defensa (Luis Cresencio Sandoval) refiere que le preguntemos a Gildardo López Astudillo”, criticó con enojo Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los normalistas, quien dijo que el informe presentado por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador es equiparable con la ‘Verdad Histórica’ que dio el gobierno de Enrique Peña Nieto.
‘El Gil’ pasó de ser uno de los principales responsables en el caso a ser uno de los protegidos que ha brindado información sobre supuestos vinculados en la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pese a su pasado en Guerreros Unidos.
¿Quién es Gildardo López Astudillo ‘El Gil’ y qué papel jugó en el caso Ayotzinapa?
De 44 años de edad actualmente, Gildardo López Astudillo fue uno de los líderes de la organización criminal Guerreros Unidos, que operaba en Guerrero durante parte del sexenio de Enrique Peña Nieto y que en los primeros informes sería el grupo responsables de la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Su detención ocurrió en septiembre de 2015, y aunque en un principio era un misterio cómo fue que se detuvo, el informe de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), entonces dirigida por Jesús Murillo Karam, presentó a Gildardo López Astudillo como jefe de sicarios de Guerreros Unidos y lugarteniente del líder de la organización, Sidronio Casarrubias, así como autor material del rapto, asesinato e incineración de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Una vez detenido, ‘El Gil’ permaneció en prisión y sus versiones sobre los hechos se fueron contradiciendo, ya que el 19 de septiembre había admitido dar la orden de asesinar e incinerar a los 43 normalistas “para no dejar rastro alguno”.
De acuerdo con BBC, el mensaje de ‘El Gil’ a Sidronio Casarrubias fue “jefe, los hicimos polvo y los echamos al agua, nunca los van a encontrar”.
Además, en su declaración de 12 horas ante el Ministerio Público, dijo que había nueve presidente municipales de aquellos años que apoyaban a Guerreros Unidos a cambio de dinero y armamento.
Su detención fue tan importante que las autoridades temieron por una escalada de violencia en Guerrero, ya que se temían ataques de la organización criminal de López Astudillo, así como peleas por la plaza aprovechando que el cártel estaba vulnerable.
Sin embargo, para el 21 de septiembre de ese mismo 2015, dos días después, ‘El Gil’ negaba haber dicho que entregó a los estudiantes y ordenó su incineración, solo aceptó que se reunió con el entonces subdirector de la policía de Cocula, César Nava González.
Con ello, se dijo que ‘El Gil’ no contribuyó a la versión de la ‘Verdad Histórica’ entregada por Murillo Karam, misma que rechazaron los padres de los normalistas desde un inicio.
Durante años, el proceso contra Gildardo López Astudillo permaneció trabado, y en septiembre de 2019 fue absuelto por un juez, quien desestimó las 81 pruebas que había presentado la Fiscalía General de la República (FGR) en su contra porque supuestamente fueron recabadas de forma ilegal.
Fue entonces que ‘El Gil’ se volvió un testigo protegido de la Fiscalía, y a lo largo de sus declaraciones sobre el caso se ha encargado de señalar a militares y sus nexos con el narco, además de que, de acuerdo con El País, “ha apuntado que un grupo de los 43 habría pasado por uno de los batallones del Ejército que funcionaban en Iguala en la época del ataque”.
A nueve años de la desaparición de los normalistas, el abogado de sus padres dijo que el Ejército les refirió que si querían el informe de las comunicaciones interceptadas entre ‘El Gil’ con un mando de la policía de Iguala, lo consultaran directamente con él.
En dichas conversaciones, el mando de la policía supuestamente informa que tenía a 17 de los 43 estudiantes en un lugar llamado ‘la cueva’, que sería una instalación de la policía de Iguala. Posteriormente ‘El Gil’ le pide que se los entreguen y acuerdan una reunión en Brecha de Lobos, cerca de Iguala.
El Financiero