Ahora que se sabe que el incendio en el que resultaron con quemaduras tres personas y que consumió en su totalidad el bar “La Cabaña”, ubicado en el municipio de los Reyes La Paz en el Estado de México, fue provocado por un grupo de sujetos armados, sólo falta que las autoridades confirmen si se trató de una extorsión, como la mayoría de los testigos y diversos medios de comunicación sospechan. Y todo apunta a que así fue.
Una vez establecida en el norte del país, este tipo de presión, mediante la quema de comercios, se convirtió en una de las últimas tendencias del crimen para someter a los empresarios en México.
En los últimos cinco años, la prensa ha documentado por lo menos 141 incendios –casas, hoteles, bares, fábricas –en 17 estados en los que podría estar implicada la delincuencia organizada.
El incendio de negocios comenzó en Ciudad Juárez en 2008 y se extendió por el resto del país.
Ahora su presencia no se limita al norte, estas acciones se han visto también en el Estado de México, entidad que se ha sumado a la lista de las zonas con mayores índices de violencia.
Desde 2008, algunos locales en el norte de México comenzaron a ser incendiados por grupos de la delincuencia organizada para forzarlos a pagar “derecho de piso”. Esta táctica no es de un cártel en específico, según Alejandro Hope, especialista en temas de seguridad, “Es probable que se viralizara la práctica”. Ha sido un método usado por carteles como Los Zetas, el cartel del Golfo, La Familia Michoacana y hasta por pequeñas bandas.