El conflicto entre los grupos criminales conocidos como La Mayiza y La Chapiza, que disputan el control del Cártel de Sinaloa, ha puesto en la mira a influencers de esa región. Desde principios de año, varios generadores de contenido han sido amenazados o asesinados, mientras que otros decidieron huir por temor a convertirse en víctimas.
El caso más reciente fue el asesinato de Gail Castro, hermano del popular influencer Markitos Toys. El ataque ocurrió a plena luz del día en un restaurante en Ensenada, Baja California. Por razones de seguridad, su cuerpo fue trasladado a Jalisco para el funeral, ya que su familia prácticamente ha dejado Sinaloa.
Muchos de estos influencers se volvieron conocidos por mostrar en redes sociales un estilo de vida lleno de lujos: autos deportivos, motos, aviones privados y fiestas. La mayoría pertenecen al grupo de creadores de contenido conocido como Los Toys, liderado por Marcos Eduardo Castro, mejor conocido como Markitos Toys.
Desde noviembre de 2024 ya se había advertido el riesgo que corrían. En ese mes, dos restaurantes de la familia Castro en Culiacán fueron incendiados. Aunque Marcos dijo que salía del país de vacaciones, en realidad buscaba alejarse de los peligros que enfrentaba. Poco después, comenzó el asesinato de miembros de su equipo.
Los ataques no se detuvieron. En los últimos meses han muerto varios influencers mencionados en un panfleto lanzado desde una avioneta en enero. Entre ellos estaban Leonardo Aispuro Soto “El Gordo Perucci”, Juan Carlos “N” conocido como “El Chilango” y Miguel Vivanco, apodado “El Jasper”.
El volante, impreso en blanco y negro, incluía fotos y nombres de 25 creadores de contenido, acusándolos de apoyar económicamente a La Chapiza. El mensaje advertía que irían por todos ellos y pedía a la gente dejar de seguirlos en redes sociales. Esta amenaza masiva marcó un punto clave en la escalada de violencia contra influencers.
De acuerdo con datos de la Fiscalía de Sinaloa, desde septiembre de 2023 —cuando comenzó la disputa abierta entre los hijos de El Chapo Guzmán y los de El Mayo Zambada— se han registrado más de mil asesinatos y cerca de 800 desapariciones. Los influencers se han convertido en parte de esa estadística trágica.
Incluso antes del lanzamiento de estos volantes, ya había antecedentes. En 2022, el youtuber conocido como El Compa Jorge fue asesinado tras hablar de su relación con Iván Guzmán Salazar. Ese mismo año, en septiembre, mataron a la tiktoker Karla Pardini afuera de su casa.
En junio de 2024 también fue asesinado Rafael Lazcano Rosales, alias “El Peinadito”, quien tenía una amistad cercana con El Chino Ántrax, figura clave en La Mayiza. Este crimen también ocurrió en Culiacán, donde los grupos rivales han intensificado sus ataques.
Esta violencia no es nueva. Uno de los primeros casos que mostró el riesgo de ser influencer ocurrió en 2017, cuando Juan Luis Lagunas Rosales, apodado El Pirata de Culiacán, fue acribillado con 18 disparos en Guadalajara por supuestamente insultar a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Además de los vínculos reales o supuestos con cárteles, otros generadores de contenido han sido atacados por temas relacionados con narcopolítica. En Guerrero, la youtuber Pamela Montenegro del Real, conocida como La Nana Pelucas, fue asesinada luego de recibir amenazas por sus críticas a un presidente municipal. El fiscal estatal reconoció que sus publicaciones la pusieron en la mira del crimen organizado.
Hoy, más de una decena de influencers originarios de Sinaloa, con edades entre los 15 y los 41 años, están escondidos o fuera del país. Se teme por la seguridad del resto, ya que de los 25 mencionados en el panfleto, seis ya han sido asesinados.
