Tratado de 1944: el agua que divide a México y EE.UU.

MÉXICO, NACIONALES

La reciente controversia por el agua entre México y Estados Unidos volvió a ser tema después de que Donald Trump acusó públicamente que el gobierno mexicano le debe líquido a su país, específicamente a Texas. Esta acusación llegó acompañada de una amenaza: imponer nuevos aranceles si México no cumple.

La presidenta Claudia Sheinbaum respondió que sí existe un adeudo de agua, pero aclaró que el país ha estado cumpliendo lo mejor posible, considerando que ha habido tres años de sequía. Incluso comentó que ya envió una propuesta formal al gobierno estadounidense para solucionar el problema, y confía en que se llegue a un acuerdo justo.

Este conflicto no es nuevo. En años anteriores ya se habían generado tensiones similares. Por ejemplo, en 2019 y 2020, agricultores en Chihuahua bloquearon vías y presas, como La Boquilla, al enterarse de que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) planeaba liberar mil millones de metros cúbicos para enviarlos a Estados Unidos. Temían quedarse sin agua para sus cultivos y ganado, sobre todo en plena sequía.

En medio de estas protestas, el gobierno mexicano decidió pausar la liberación de agua. Sin embargo, en 2020 se retomó la extracción para cumplir con la cuota pactada, lo que volvió a desatar manifestaciones y llevó a modificar la estrategia.

Pero… ¿qué dice exactamente el Tratado de aguas de 1944 y por qué se firmó?

Este acuerdo, establecido hace 80 años, define cómo se reparten las aguas del Río Bravo y del Río Colorado entre México y Estados Unidos. Se firmó en Washington después de décadas de disputas y acuerdos previos, como el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, donde se estableció que el Río Bravo marcaría la frontera entre ambos países.

Según lo pactado, México debe recibir dos tercios de la corriente principal del Río Bravo, mientras que Estados Unidos se queda con el resto, que no puede ser menor a 432 millones de metros cúbicos al año. A cambio, el gobierno estadounidense se compromete a entregar mil 850 millones de metros cúbicos del Río Colorado a México anualmente.

Además, se acordó que cada cinco años, México debe entregar un total de más de 2 mil millones de metros cúbicos de agua del Río Bravo, mientras que Estados Unidos tiene la obligación de cumplir con su parte cada año. En caso de conflictos o incumplimientos, entra en acción la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional que busca mediar.

Donald Trump, sin embargo, aseguró que México no ha cumplido y que debe 1.6 mil millones de metros cúbicos de agua, afectando, según él, a los agricultores de Texas. Incluso afirmó que ya tomó medidas unilaterales, como frenar el envío de agua a Tijuana como represalia.

En el pasado también hubo otras tensiones. Trump aseguró que por esta falta de agua cerró la última planta azucarera en Texas. Las declaraciones aumentan la presión diplomática y comercial justo cuando Estados Unidos entra en un nuevo ciclo electoral.

El Tratado de aguas de 1944 fue creado para evitar conflictos como estos, pero la falta de lluvias, el crecimiento de la población y el aumento en la demanda agrícola han puesto al límite la capacidad de ambas naciones para cumplir con lo establecido hace ocho décadas.

Aunque este acuerdo fue diseñado para garantizar la distribución justa del agua, hoy se enfrenta a los efectos del cambio climático y a los vaivenes políticos. El tiempo dirá si esta nueva tensión se resuelve mediante el diálogo o si deriva en sanciones y más choques entre ambos gobiernos.

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