POPOL VUH 126

DESTACADOS, OPINION, POPOL VUH

Por Mario Candia
12/05/25

RESPONSABILIDAD HÍDRICA San Luis Potosí se seca. No solo por la escasez de agua, sino por la sequía de ideas en las oficinas gubernamentales. La Zona Metropolitana arrastra una crisis hídrica que no es nueva, pero que las autoridades han preferido maquillar con obras millonarias y discursos huecos antes que atender con rigor y responsabilidad. Mientras tanto, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, a través del Grupo Universitario del Agua, ha hecho lo que el gobierno no: estudiar el problema a fondo y proponer soluciones serias. El resultado es la Agenda Hídrica de la Región Centro, un documento que no debería dormir en ningún escritorio oficial, pero que seguramente acabará ahí, porque cuestiona y desmantela la arrogancia del poder.

AGENDA HÍDRICA Esta Agenda, elaborada por expertos de múltiples disciplinas, pone sobre la mesa algo elemental: el agua debe gestionarse como un sistema interconectado, no como un botín político dividido por municipios. En lugar de planear a partir de límites administrativos, se propone un enfoque basado en el flujo real de los acuíferos que abastecen a toda la zona metropolitana. Pero claro, eso exige coordinación, inteligencia y visión a largo plazo, tres virtudes que brillan por su ausencia en los gobiernos local y estatal.

OCURRENCIAS Otro de los pilares de la Agenda es el uso de soluciones basadas en la naturaleza: reforestación, infiltración pluvial, cuidado de cuencas. Todo suena sensato y urgente. Pero no se pavimenta, no se inaugura, no deja diezmo. Y por eso no interesa. En cambio, lo que sí vemos son anuncios de plantas desalinizadoras, nuevos pozos, o incluso fantasías de trasvases, sin sustento técnico ni evaluación ambiental. Obras que cuestan millones, fallan constantemente —como El Realito— y solo engordan el negocio de unos cuantos contratistas bien conectados.

VENENO A GOTAS La Agenda también denuncia un hecho alarmante: el agua que bebemos está contaminada. Arsénico, flúor, bacterias, incluso uranio y microplásticos. No es agua, es veneno a gotas. ¿Y la respuesta institucional? Nada estructural. Nada que cambie el modelo. Nada que enfrente el problema de raíz. Porque aceptar la crisis sanitaria implicaría reconocer años de omisión, corrupción y simulación.

SINDEMIA Mientras la universidad propone declarar la crisis hídrica como una “sindemia”, es decir, una convergencia de factores sociales, ambientales y de salud pública, el gobierno se limita a repartir tinacos y a fingir que el problema es coyuntural. La diferencia entre ambas posturas es clara: una entiende la complejidad del fenómeno, la otra la explota políticamente.

LA POLÍTICA DEL AGUA Resulta inadmisible que, ante un diagnóstico técnico, multidisciplinario y respaldado por la comunidad científica, las autoridades sigan apostando por ocurrencias y soluciones improvisadas. Mientras la Agenda Hídrica propone una transformación profunda en la gestión del agua, los gobiernos estatal y municipales insisten en políticas clientelares, parches temporales o megaobras envueltas en opacidad, como fue el caso del fallido acueducto de El Realito. ¿Qué intereses están por encima del conocimiento? ¿A quién incomoda que se propongan soluciones sustentables, comunitarias y verificables? Ignorar estos estudios no solo refleja negligencia, sino también una preocupante renuncia a gobernar con inteligencia y responsabilidad.

Hasta mañana.

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