El Radar
Por Jesús Aguilar
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El sábado 10 de mayo, a plena luz del día, San Luis Potosí fue testigo de un suceso que ha dejado una cicatriz profunda en su tejido social. En el negocio “CAVA Mármoles y Granitos”, ubicado en la colonia San Juan de Guadalupe, la empresaria y madre de familia Sandra Revilla Olavarrieta (54 años) fue asesinada durante un presunto asalto.
Dos sujetos armados, que arribaron en motocicleta, irrumpieron en el local y abatieron a la víctima. La primera versión que corrió es que ella se resistió a entregar el dinero para la nómina de sus empleados y el entregar un reloj.
Apenas ayer la Fiscala Manuela García Cázares dio más detalles, fueron 3 disparos contra la empresaria, sin embargo descartaron el robo porque no sustrajeron dinero, ni pertenencias.
Hasta el momento los homicidas están en libertad y la ciudad enfrentando otra nueva tragedia.
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El impacto en la familia: del asombro al dolor permanente
La familia de Sandra Revilla se enfrenta ahora a un vacío irreversible. Según sus allegados, la mañana del 10 de mayo era un día como cualquier otro; sin embargo, esa rutina se quebró con un estruendo de balas. Nunca imaginaron que al abrir las puertas de su negocio, su madre daría su última batalla.
La violencia homicida deja no solo el duelo por la pérdida de un ser querido, sino también la ansiedad y el temor permanentes de que la justicia no llegue.
“Cuando el crimen toca tan de cerca, la certidumbre de que vivimos en un estado de derecho se desvanece –explica la Dra. María López, profesora de Sociología en la UASLP–La impunidad genera un dolor doble: el de la víctima y el de quienes confían en que las autoridades les protegerán.”
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¿Te sientes realmente seguro?
El asesinato de Sandra ha conmocionado al Barrio de San Juan de Guadalupe y a la capital potosina en su conjunto. Los vecinos, acostumbrados a una relativa tranquilidad en esa zona, ahora miran con recelo cada motocicleta que pasa, cada sombra al filo de la calle. El sociólogo y criminólogo Dr. Eduardo Castillo señala que “este tipo de agresiones en espacios públicos desestabiliza el sentido de pertenencia: la gente deja de salir, los comercios bajan sus cortinas antes de tiempo y el miedo se convierte en parámetro de vida diaria.”
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Autoridades desbordadas y respuestas insuficientes
A pesar de los operativos iniciales, los agresores continúan libres. Hasta el momento, ni la Fiscalía General del Estado ni los cuerpos de seguridad municipal y federal han ofrecido avances concretos. En su boletín, la Fiscalía especializada en Feminicidios confirmó la apertura de carpeta de investigación, pero descartó –al menos oficialmente– el robo como móvil principal, pues no se sustrajo dinero ni pertenencias.
“La investigación ha sido tibia y fragmentada. La coordinación entre los tres niveles de gobierno sigue siendo un anhelo”, critica el politólogo Carlos Ramírez. “La ciudadanía percibe que la seguridad es un gasto y no una inversión en su vida cotidiana.”
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YA BASTA
Lejos de resignarse, la indignación ha prendido la chispa de la movilización civil. Diversos colectivos, asociaciones de víctimas y ciudadanos independientes han convocado a una marcha el próximo domingo 18 de mayo a las 10:00 a. m., partiendo del Jardín de Tequis hacia el Palacio de Gobierno, bajo el lema “¡Ya basta de muerte e impunidad!” Esta protesta busca no solo honrar la memoria de Sandra, sino exigir resultados claros en las investigaciones y un cambio real en las políticas de seguridad.
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El homicidio de Sandra Revilla no debe quedar como un caso aislado en las estadísticas. Es, más bien, un espejo de las fallas estructurales: la ineficacia de la procuración de justicia, la desconexión de las autoridades con las víctimas y la sensación de vulnerabilidad creciente. Solo con la presión ciudadana y el compromiso genuino de los gobiernos se podrá recuperar la confianza colectiva.
“La verdadera seguridad no se compra con patrullas extra, sino con justicia pronta y eficaz”, concluye la Dra. López.
Que la marcha del 18 de mayo sea el inicio de un movimiento sostenido por la exigencia de dignidad para las víctimas y la reconstrucción del pacto social en San Luis Potosí. La memoria de Sandra Revilla debe impulsar la transformación de una ciudad que sueña con cambiar el miedo por esperanza.