Luego de la masacre del miércoles, ayer en San Miguel Totolapan todo fue luto. Las calles en este municipio de la Tierra Caliente de Guerrero se llenaron de procesiones, algunas con los ataúdes al hombro, otras con los féretros en vehículos.
A eso de las 3:00 de la tarde comenzaron a lanzar cohetes como se acostumbra a hacer cuando un niño muere, y es que ayer, San Miguel Totolapan se convirtió en un velatorio. Pero también hay víctimas que tendrán que esperar estos cortejos fúnebres porque murieron lejos de casa y este jueves empezaron a trasladar los cuerpos.
Las familias de las víctimas aprovecharon que San Miguel Totolapan también se convirtió en un búnker para apresurar los sepelios por temor a que regresaran los sicarios del grupo criminal Los Tequileros, quienes durante 40 minutos se apoderaron del pueblo y descargaron miles de balas que todavía permanecen en las inmediaciones de la Presidencia Municipal y de la casa del alcalde, Conrado Mendoza, y de su padre Juan, uno de los 20 ejecutados.
“Creíamos que eran unos cohetes, cohetes porque tenemos ahorita la feria, pero poco a poco fuimos escuchándolos más de cerca y con más intensidad y después nos percatamos que eran disparos”, exclamó Fredy Vázquez, secretario del Ayuntamiento, por estos días, uno de los pocos funcionarios que quedan en San Miguel Totolapan, pues la mayoría de las víctimas eran servidores públicos que estaban reunidos con el alcalde.
Y es que tras la irrupción del crimen organizado, cientos de elementos de la Marina, Ejército, Guardia Nacional y Policía estatal fueron desplegados en San Miguel Totolapan, donde también la Fiscalía de Guerrero comenzó con los trabajos periciales.
La disputa por la plaza entre La Familia Michoacana y Los Tequileros terminó con la paz que se vivía en este poblado de la Tierra Caliente guerrerense que en estas fechas celebraba sus fiestas patronales, incluso un día antes de la tragedia tuvo su evento principal con un concierto de la Banda Los Costeños.
“Al principio no podíamos creerlo porque tenemos un municipio en paz, estábamos tranquilos”, exclamó Vázquez.
La mayoría de los habitantes de San Miguel Totolapan permanecen en sus casas, tres de las 20 víctimas mortales ya fueron sepultadas, mientras que los cadáveres del alcalde Conrado Mendoza Almeda y su padre, Juan Mendoza Acosta se encuentran en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala, donde se les práctica la necropsia de ley.
La feria patronal de San Miguel Arcángel ya fue suspendida, los negocios permanecen cerrados y varios ya son desmantelados, la mayoría de los comerciantes son foráneos y lo que buscan es abandonar el lugar. Las escuelas en este municipio de la Tierra Caliente suspendieron sus actividades.
El transporte público no circula y la mayoría de los negocios locales mantienen sus puertas cerradas. La mañana del jueves ya entraron al municipio los peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes realizan las diligencias en los tres puntos de ataque.
Personal del Ejército Mexicano resguarda los puntos en que se realizan las diligencias, en el suelo permanecen cientos de cascajos percutidos, todos de R-15 y AK-47.
Un menor de 15 años, entre las víctimas colaterales El menor de 15 años de edad, Erick Contreras fue asesinado en las instalaciones del ayuntamiento. Erick había salido a pasear en su motocicleta, cuando se percató de la incursión de los pistoleros trató de escapar pero recibió cuatro balazos en la espalda y murió en el lugar.
Si cadáver fue levantado por su papá, el señor Pascual Contreras, quien se animó a platicar con los reporteros y pidió a las autoridades que hagan lo necesario para evitar una nueva masacre.
Erick estudiaba el primer año de preparatoria, don Pascual dijo que hubiera preferido estar en el lugar de su hijo, pues se trataba de un joven cuya vida apenas comenzaba, sin duda, su muerte es completamente injusta.
Milenio