status; se garantiza que las medidas de ayuda provisional se den durante el tiempo que sea necesario para que la victima supere las condiciones de necesidad inmediata. Establece las hipótesis en las cuales la autoridad que corresponda reembolsará los gastos relacionados con los servicios médicos que la víctima haya realizado; y que los reembolsos se cubrirán conforme a las normas reglamentarias aplicables. Resalta que “la propuesta representa un esfuerzo de coordinación entre los distintos órdenes de gobierno, pues al establecer, por ejemplo, la inclusión de registros federal y estatales permiten mayor control y certidumbre al Registro Nacional de Víctimas, lo cual dará pie a un modelo de evaluación con base en resultados de los alcances de la Ley General de Víctimas”. A los 150 cambios que ya se había aprobado en comisiones, el pleno adicionó ayer la precisión de que las víctimas podrán acudir directamente a la Comisión Ejecutiva Federal de Atención a Víctimas cuando “no hubieren recibido respuesta dentro de los 30 días hábiles siguientes, cuando la atención (en las comisiones estatales) se hubiere prestado de forma deficiente o cuando se hubiere negado”. Los panistas habían realizado siete reservas a igual número de artículos, pero sólo se aprobaron cambios al artículo 79 de dicha ley. Principales cambios Define los conceptos de víctima potencial, víctima directa, víctima indirecta y hecho victimizante. Aclara que sólo cuando exista una sentencia firme que declare al quejoso como víctima se podrá acceder al Sistema Nacional de Víctimas para recibir los apoyos a los que tiene derecho. Crea la garantía de no repetición. Obliga a estados y municipios a ofrecer asesoría jurídica a víctimas. Establece 30 días a las instancias estatales para atender a las víctimas de manera satisfactoria; de lo contrario éstas podrán acudir a las instancias federales. Precisa la conformación del Fondo Nacional de Víctimas. Protege a los defensores de derechos humanos. Precisa los mecanismos para la protección inmediata del Estado. Aclara el derecho de la víctima a conocer del proceso penal de sus agresores y crea los registros federal y los estatales de Víctimas. Por primera ocasión saborearon la derrota Fue la primera vez que conocieron el sabor de la derrota; parcial, pero derrota. Esta vez sus aliados perredistas optaron por mantener su apoyo total a las organizaciones sociales y votar con el PRI. Solos, los panistas dimensionaron ayer el peso de 34 votos ante los cerca de 70 de sus opositores. Fue evidente su molestia. Tanta, que en 25 ocasiones expresaron frases, calificativos, ejemplos e ironías que ubicaron a priistas y perredistas como “mezquinos”, “secuestrados”, chantajeados; productores de “derechos de papel”, de ejercer “hipocresía legislativa”, de tener “oídos sordos” o de que “el PRI autorizó al PRD a votar en favor”. Desde la tribuna del Senado, los panistas Roberto Gil Zuarth, Adriana Dávila y Raúl Gracia expresaron 25 conceptos que generaron la molestia de sus opositores, que se unieron para aprobar por mayoría absoluta las propuestas de los grupos de víctimas para mejorar su primera Ley General. Los perredistas fueron a la tribuna a refutar las acusaciones panistas. Angélica de la Peña habló de la libertad de voto de los senadores y de que en democracia no siempre se gana; Alejandro Encinas desmintió a Roberto Gil en torno de que era la primera vez que una ley se reformaba en sólo dos meses de vigencia; Manuel Camacho Solís les habló del compromiso con las víctimas, y Benjamín Robles exigió que los descalificativos fueran hechos a título personal. Ivonne Álvarez, del PRI, fue a tribuna a refutar a Adriana Dávila, quien endosó a los estados y municipios la culpa de la generación de víctimas, sin hacer mención que esta ley federal nació por las víctimas que reclamaron al gobierno federal panista. La priista recordó que fue la Federación la que se mostró indolente y respondió a las víctimas con procesos burocráticos. Con el tono irónico que le caracteriza, Adriana Dávila recordó que el presidente Felipe Calderón se reunió con víctimas en un encuentro público y lamentó que gobiernos anteriores no hicieran lo mismo con las víctimas de 1968, de 1971, de Acteal, de Aguas Blancas. Entonces, los priistas Emilio Gamboa Patrón y Cristina Díaz saltaron de sus escaños y fueron directo con Ernesto Cordero, coordinador de los panistas, a quien reclamaron el exceso, la rudeza. El coordinador de los senadores del PRD, Luis Miguel Barbosa, también saltó de su escaño cuando desde tribuna Raúl Gracia agradecía “al PRI que haya autorizado al PRD a votar en favor”. El legislador perredista se veía molesto. Pidió la palabra desde su escaño y contuvo expresiones, pero deseó que ese tono del debate no fuera muestra de un afán obstruccionista. Pero la actitud panista sólo le permitió un logro. Cristina Díaz, del PRI, propuso eliminar una de las adiciones que la víspera el PAN había ganado, referente a tiempos perentorios para la atención de las víctimas. Después del discurso de Roberto Gil, donde los llamó a no apostar por un triunfo de imagen mediática y no ir por un derecho de papel y “un derecho sin condiciones de realización, señores legisladores, es una hipocresía legislativa”, la adición se mantuvo con un cambio en los tiempos. http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/03/22/890292]]>
Aprueban reforma a Ley General de Víctimas
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