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La Cornisa Muchos disfrutamos desde la comodidad de nuestro hogar, o cantina mejor dicho, cuando menos la final de la Copa Confederaciones: Brasil vs España. Y los mas padre, dicen los chavos, es que a la par que vemos la Tv, leemos nuestro facebook y twitter. Es por demás una experiencia global. Disfrutamos el partido pero comentamos en twitter o facebook los goles, las porras, las burlas y las muestras de júbilo por el gol. Pero además de esto nos enteramos que afuera del Estadio Maracaná una multitud protesta, futbol y movilización social como nunca lo había experimentado. Esto gracias, claro esta, a las redes sociales. Una casualidad que dos países que atraviesan por problemas políticos, sociales y económicos graves se enfrenten en una final de futbol, dos países que hasta hace unos años eran el ejemplo del resurgimiento de la bonanza económica, desde el socialismo de centro español fundados en una alianza en los temas fundamentales con los partidos mayoritarios españoles; Partido Popular (derecha) y el Partido Socialista Obrero Español (centro izquierda). Y en Brasil comandado por el icono de la izquierda latinoamericana Lula Da Silva que aglutinó a varios partidos que dominaron casi una década el cono sur con su influencia política. Brasil y España hoy, sumidos en el descrédito de sus políticos, con manifestaciones ciudadanas en contra de sus respectivos gobernantes y sus políticas económcas y sumidos, mas España aunque Brasil quizá para ese lado se proyecte, en una terrible crisis de empleos, falta de oportunidades, restricciones en los servicios de salud, vivienda y en general, en franco deterioro de sus sistemas de asistencia social. La bonanza de la última década comparada con la defensa de Tahití en la Copa; una coladera de goles y esperanzas. España y Brasil hoy jugando para ofrecer un poco de alegría a sus pueblos, en medio de un panorama desolador que no ve fin. Brasil y España que se juegan más que un partido de futbol, se juegan nada más la viabilidad de las futuras generaciones. Brasil y España que quieren decirle al mundo que lo peor ha pasado, que a pesar de las derrotas de un partido no se ha perdido la guerra y con una sensibilidad no vista antes por los jugadores españoles, al menos los brasileños muestran su apoyo a los que en las calles manifiestan su coraje e indignación. Un mejor escaparate que el mundial de futbol no podría existir para las proclamas y reclamos sociales. Todo ello potenciado por la gran antena del internet y las redes sociales como su principal herramienta de lucha. Ignoro cual será el futuro de las protestas, y menos el desenlace de estos países, pero contrario a lo que los radicales oficialista mexicanos que siempre piden represión y aplauden la violación de derechos humanos, Brasil al menos en la Copa Confederaciones ha dado ejemplo de control policiaco de masas y sus gobernantes  han hecho saber que escuchan a las multitudes que se manifiestan. En México ni  oyen, ni  ven y usan a los medios golpeadores para criminalizar la protesta. En Brasil y España, al menos, los ciudadanos se están organizando e insertan  sus propuestas en temas en la agenda pública. En México eso aun no llega, parece que estamos dormidos, sino por esfuerzos mínimos aunque valientes de movimientos como el #YoSoy132, la participación ciudadana, o mas bien lo que se conoce como actitud cívica, esta todavía aletargada en la consciencia de los mexicanos. Si un partido  sirviera para despertar al pueblo, bienvenido el futbol. Caída Libre. Recomiendo lean la columna futbolera de la excelente periodista y publirrelacionista deportiva la Maestra Mónica Pérez, http://www.provincia.com.mx/columna-de-futbol-y-otras-pasiones-mundanas-en-que-mundo-vivo/, la pueden seguir en facebook como Mónica Pérez y en twitter   Raúl Saucedo Mac Nair Twitter: @jrmacnair]]>

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