Carta desde la cárcel de una joven que mató a su violador

“Mi nombre es Roxana Ruiz Santiago, tengo 21 años de edad, soy originaria de Pinotepa Nacional, Oaxaca, tengo un hijo de 4 años de edad, de quien siempre he sido responsable, y es la persona más importante en mi vida. Hace 7 años llegué al municipio de Nezahualcóyotl con mi esposo, en la colonia Benito Juárez, por querer tener una vida mejor, para salir adelante, terminé la secundaria, hace 3 años nos separamos, pero él siempre me ha apoyado. Mi suegra me ayuda a cuidar de mi hijo mientras trabajo, vivo en un cuarto que rento. Todos los días me levanto para poder salir adelante, las personas que me conocen, saben que no tengo vicios y que me dedico a trabajar y a mi hijo.

Desde el día 8 de mayo soy conocida por los medios de comunicación y los periódicos como la mujer que fue detenida en flagrancia con un cuerpo dentro de un costal, según los medios iba alcoholizada y algunos mencionaron que hasta drogada, al momento de mi detención, les dije que sí lo había asesinado, pero que él me había violado y yo sólo quise defenderme. Los policías me hablaron con groserías e inmediatamente me trasladaron a la Procuraduría correspondiente, insistí en que fui violada, pero nunca me realizaron pruebas periciales en psicología, ni medicina, me presentaron golpeada, pero no tomaron fotografías, no tomaron en cuenta mi declaración para que yo pudiera defenderme, la abogada que contratamos en ese momento no ayudo mucho al caso, se ha creído todo lo que los medios dicen de mí, por eso es que hoy escribo esta carta para narrar lo que realmente sucedió, ya que muy seguramente seré condenada por los delitos de homicidio simple y el delito contra el respeto a los muertos y violaciones a las leyes de inhumación y exhumación. Mi único delito fue defenderme del hombre que me violó.

Quiero tener la oportunidad de contar lo que realmente sucedió, trabajo en un puesto de papas, salí de trabajar como de costumbre, frente al puesto esta un local comercial que se llama el zorro abarrotero, iba pasando por ahí y una de las muchachas que trabajan en ese lugar me invitaron a tomar una cerveza, accedí, estaba cansada y mi peor error fue confiar en ella, no lo justifico pero no tengo casi amigas y accedí (ese fue el peor error), sólo tomé una cerveza y les dije que me iba, en eso llegó un muchacho que trabaja en el lugar, sólo lo conocía de vista, conozco a algunos de ellos de vista, no creí que fuera mala persona, llegó cuando yo me estaba retirando, se ofreció a acompañarme a mi domicilio que es muy cercano, cuando llegamos se puso necio, me obligo a dejarlo entrar, me insistió que vivía muy lejos que lo dejará quedarse a dormir en mi cuarto, insistió tanto que me asusté, me dio miedo, por tonta accedí, sé que muchos me juzgaran por lo que hice, y tal vez dirán, es su culpa ella lo dejo entrar, está espantada, tenía miedo, lo dejé entrar, le puse una colchoneta en el piso, y le dije que ahí se podía quedar, me acosté y pasados unos minutos se subió a mi cama y me empezó a quitar la ropa, me golpeó, me violó, yo estaba en shock, solo quise defenderme, pase momentos horribles, sentí su aliento, sus manos, cuando me penetró y sólo quería que esto acabará, le di un golpe en la nariz, empezó a sangrar y me dijo ahora sí te vas a morir, me dio mucho miedo, entre en pánico, el me golpeaba, cuando se distrajo, tomé una playera y se la puse en el cuello, lo asfixié, sentí miedo, terror, sólo no quería que él lastimara a nadie más, me sentí sola, denigrada, sentí que no valía nada, sentí que todo era culpa mía por haber confiado en esas personas, crecí en un pueblo en donde todos las personas se conocen, se saludan, las puertas de las casas están abiertas para quien lo necesite, sí créanme una tonta, eso soy y ahora esa confianza me tiene recluida en el Penal del Bordo de Xochiaca, y en donde un juez me sentenciara, después de haberlo asesinado no sabía qué hacer, estaba todavía en shock, lo metí en un costal y lo iba a dejar tirado en la calle, me había ultrajado, acabo con mi dignidad, me sentía humillada, lastimada, me sentía vacía, lo dejé en una esquina pero un vecino me vió y en ese momento pasó una patrulla, los oficiales, abrieron el costal y me hablaron con groserías, entre las múltiples groserías me preguntaron que, ¿Qué había hecho? Les dije yo lo maté, pero no quería hacerlo, él me violó, no les importó para nada mi persona, sólo pensaron en llevarme detenida porque había un cuerpo y la asesina estaba enfrente.

¿Hasta cuándo? Hasta cuando las mujeres seremos discriminadas y maltratadas, si yo me hubiera defendido, sería una más en la lista de desaparecidas, o asesinadas, sería parte de una cifra, pero no, como me defendí de mi agresor, ahora todos me juzgan, y piden justicia para Sinaí, porque él fue la víctima. Sus familiares y amigos exigen me castiguen, pero por qué no castigaron a Sinaí cuando supieron que se convertiría en un agresor sexual, ahora la sociedad me tacha de enferma, de lo peor, pero yo sólo me defendí.

Sé que seré condenada por defender mi cuerpo, por defenderme como mujer, por haber castigado a mi agresor, por no haberme quedado callada, y por haber actuado. Ahora que estoy recluida me pongo a pensar que las leyes y la sociedad son injustas, tal vez debí dejar que mi agresor se saliera con la suya, se fuera y me dejara tal vez muerta, o herida. Para no tener que vivir esto que vivo.

Esta es la verdad de lo que ocurrió y no lo que dicen los videos en YouTube, la revista Proceso, y los diferentes medios, que sólo se preocuparon por cubrir una nota y nunca me han buscado en el penal para saber lo que realmente ocurrió.

Pido justicia para mí, para todas aquellas mujeres que estamos presas por haber cometido el peor delito, “SER MUJER”.

Agradezco a las personas que me han apoyado.

El Gráfico

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