COLUMNA CINEMAFEST: UNA MALA COSTUMBRE

Uncategorized

POR: SEBASTIÁN IVÁN ESCORZA VÁZQUEZ

El género de terror en el cine, en la actualidad, podría decirse que es uno de los que más “dejan a deber” en cuanto a sustos se refiere.

Una atmósfera oscura, escenas shockeantes, fuerzas malignas o asesinos en serie son los ingredientes para cocinar una buena película de terror, no obstante, desde hace algunos años, pareciera que el cine de terror se ha estancado en el uso de screamers para asustar a los espectadores.

Es evidente que el sonido también es un recurso válido para este género, sin embargo ha llegado un punto en el que la sobre explotación del mismo ha vuelto predecible, por decirlo de alguna manera, a estas cintas.

Otro punto a destacar, es que vivimos en la época de los remakes. Evil Dead, Carrie y Poltergeist son algunos de los ejemplos más notables de remakes de películas que fueron un éxito en sus tiempos. Esto da a entender, por un lado, que a los productores se les han acabado las ideas para hacer cine de terror, pero por otro, que es más fácil recurrir a lo que ya se ha hecho.

¿Qué es lo que hace buena a una película de terror? Imagino que a este punto habrá personas que estén en desacuerdo sobre los screamers, y es totalmente comprensible: “para gustos, los colores”, el hecho de que en una escena no exista ruido provoca tensión porque “sabes que algo está a punto de pasar”, pero cuando ves esta clase de películas a menudo, pierde su encanto.

Para finalizar, puedo decir que el recurso que le queda a estas cintas para que mantengan el interés es su manejo de la trama, el uso de giros argumentales capaces de sorprender al público, pero que siguen sin asustar. ¿O será acaso que algunos de nosotros nos hemos acostumbrado a asustarnos?

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp