Coqueteos y hasta amenazas, de todo para evitar “El Torito”

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Ellas y el “2×1” Durante la primera jornada de la aplicación del nuevo Protocolo de actuación de este programa —luego de que el Gobierno del DF lo publicó en la Gaceta Oficial—, contó que las mujeres son las que más caen en el Alcoholímetro los jueves. Dijo que van ebrias, pues la mayoría aprovechan el llamado “2×1” para ellas en distintos bares de la ciudad. Muchas veces conducen solas y alcoholizadas, visten atuendos que van desde el más sexy, de minifalda y escote, hasta el vestido largo de fiesta. “Les decimos que les llamen a uno de sus familiares para que les traigan ropa más cómoda porque su out fit, podrá ser el más sexy, pero el menos indicado para El Torito”, relató el médico. Y es que, tanto hombres como mujeres se trasforman bajo los influjos del alcohol y hacen toda clase de locuras. “Las reacciones que tienen pueden ser muy variadas. Hay gente muy tranquila, la hay prepotente y otra muy grosera, sin importar el sexo. Es cuando tenemos que echar mano de toda nuestra paciencia”, agrega Charteris. Los “designados” y sus cuates En los puntos del Alcoholímetro, no sólo los conductores ebrios realizan actos inconscientes; también sus compañeros hacen lo posible para evitar que el que va al volante sea encerrado en el Centro de Sanciones Administrativas, mejor conocido como El Torito. Ha habido casos en los que, frente a los policías y médicos que conforman el operativo, los acompañantes se suben a brincar al toldo del vehículo, se quitan la ropa o coquetean con las autoridades para burlar su atención y evitar la sanción. Noche de copas Ayer en la madrugada, frente al Parque México, en la Condesa, una de las colonias donde se concentran antros y bares de la ciudad, Antonio, de 24 años, y su novia fueron detenidos en un punto del Alcoholímetro. En tono prepotente, ella alegó que era abogada y luego de que se comprobó que él rebasó el límite de alcohol permitido para conducir, alegó que estaba alterado. “Sólo tomamos una copa”, dijo, pero sus pasos torpes demostraron lo contrario. Daniel Cruz, junto con otros cuatro acompañante, fueron primero a un antro ubicado en la Zona Rosa y se dirigían a otro en Coyoacán, cuando fueron sorprendidos por el operativo vial. Daniel no mintió, había prometido ser el conductor “designado” y sólo tomó una cerveza. “Creo que están muy bien este tipo de operativos”, dijo y prometió seguir sobrio, al cuidado de sus amigos, mientras éstos, entre carcajadas, sonreían a las cámaras de fotografía y televisión y a los policías que, quizá en su mente desearon que estos fiesteros tuvieran una parranda con un sano final.     http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/117666.html]]>

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