De ‘Smallville’ a una secta sexual: el camino de Allison Mack

Hace seis años, Allison Mack estaba sentada sobre una alfombra morada grabando un video para su canal de YouTube. Lucía vivaz y abierta mientras contestaba con emoción las preguntas de sus seguidores.

¿Cuál fue el regalo “más superincreíble” que había recibido? Dijo que una bufanda colorida que había tejido una amiga. “Es como un abrazo enorme hecho de estambre”, dijo Mack.

Para entonces, aunque pareciera inocua y encantadora, Mack ya estaba fascinada con una organización llamada Nxvim, que se promovía como un programa de desarrollo con mentores pero que estaba a punto de convertirse en una secta sexual. La misma Mack después sería acusada de reclutar a mujeres para ser “esclavas” del grupo, al marcarlas y demandar que entregaran un material “colateral” o  de “garantía”, es decir: fotos o videos comprometedores.

En abril, la actriz de 36 años se declaró culpable de organización delictiva y de extorsión. Enfrenta hasta veinte años en prisión y puede que le pidan que testifique en las próximas semanas en el juicio contra el líder de Nxivm, Keith Raniere.

Otras cuatro mujeres de Nxivm ya se declararon culpables y han empezado a salir a la luz detalles sobre la organización por medio de los testimonios en el juicio.

Más allá de los escabrosos pormenores del caso está la historia de una joven brillante y querida en Hollywood que anhelaba tener conexiones y que, en el camino, quedó embelesada por un líder perverso.

“Me uní a Nxivm originalmente para encontrar un propósito”, dijo, entre sollozos, durante su audiencia de declaración de culpabilidad en una corte federal en Brooklyn, en abril. “Estaba perdida y quería encontrar algún lugar, alguna comunidad en la que me sintiera más cómoda”.

Mack rechazó dar una entrevista mientras el juicio sigue en proceso, pero en entrevistas con exintegrantes de Nxivm y con quienes la conocían de antes describen su trayecto de ganadora de un premio Teen Choice a ser miembro de una secta con una sentencia penal.

Mack tenía 18 años cuando se ganó el papel de Chloe Sullivan, la mejor amiga de Clark Kent en Smallville, una adictiva serie de televisión sobre el joven Superman que duró diez temporadas. Para entonces llevaba más de una década actuando, con papeles en decenas de películas hechas para televisión y de programas.

“Era una chica genial que parecía ser feliz, muy madura para su edad y muy responsable”, dijo Diane Hardin, quien fue su agente y mánager cuando Mack era niña.

Después de graduarse del bachillerato, Mack se mudó de Los Alamitos, California, donde vivían sus padres, a North Hollywood. Ahí se hizo amiga de otros actores de la misma edad, especialmente con Christine Lakin de Paso a paso (Step by Step). Lakin dijo que recordaba a una joven “graciocísima y dispuesta a todo”.

Pero Lakin y otros entrevistados dijeron que Mack también era algo ingenua.

“Lo único que se me ocurre es que estaba tan desesperada por tener una conexión con algo que no veía la razón”, dijo Lakin. “La persona que conocía en ese entonces era muy curiosa sobre el mundo y sobre las relaciones. Creo que estaba buscando algo que sentía que le faltaba”.

En Smallville, su papel de Chloe era el de la mejor amiga inteligente, pero algo chillona en comparación a la chica soñada de Clark Kent, Lana Lang. Los fanáticos de la serie eran muy crueles cuando comparaban a Mack con su coprotagonista, Kristin Kreuk, y Mack lo notaba porque era muy sensible a las críticas.

Pese a que la audiencia las contrastaba como en una competencia, Mack y Kreuk se volvieron cercanas. Fue Kreuk quien llevó a Mack a la primera reunión de Jness, un grupo para mujeres que era parte de Nxivm (se pronuncia [nexium]), en 2006.

El seminario de un fin de semana fue en un hotel de Vancouver donde Mack lucía fascinada porque recibió la atención de Nancy Salzman, cofundadora de Nxivm, de acuerdo con Susan Dones, quien lideraba un centro de Nxivm pero estaba empezando a cuestionar los motivos de Raniere. Dones dijo que el seminario que dio Salzman esa vez hablaba de cómo los hombres son genéticamente poliamorosos.

Para cuando terminó el seminario, Mack se había acercado a Salzman y quedó muy emocionada por la oferta de ir a conocer a Rainere en Albany, Nueva York, a bordo del jet privado de Sara Bronfman, heredera de la refresquera Seagram y una de las mujeres cercanas al líder de Nxivm.

“Dios mío, ya le clavaron las garras”, recordó Dones que pensó cuando se fue de esa reunión. Dones se salió de Nxivm en 2009.

Los cursos que enseñaban en Nxivm eran promovidos como maneras de eliminar barreras psicológicas y emocionales. Mack pensaba que eran una buena manera de mejorar sus relaciones y sus habilidades actorales, según Barbara Bouchey, exnovia de Raniere que fue parte de la junta directiva de Nxivm hasta que se fue en 2009.

Mack era alguien que se lanzaba de lleno hacia diversas experiencias. En su sitio web personal, ahora desactivado, la actriz escribió: “Soy insaciable. Codiciosa, de cierto modo. Me gusta vivir con voracidad e intensidad… voratensidad“.

Para 2007 les insistía a todos los que contrataba para algún elemento de su carrera que también fueran a clases de Nxivm, en un intento por asegurarse de que su equipo tuviera “fundamentos éticos”. Al mismo tiempo, Mack empezó a volverse más retraída y a obsesionarse con lo que consideraba sus defectos, dijo una mujer que trabajó para Mack durante ocho años y que pidió mantener el anonimato por miedo a que la contactaran personas que siguen siendo integrantes de Nxivm.

“Una de las cosas más insidiosas que hace la secta es que te rompe, te desmorona para que solo te enfoques en tus imperfecciones”, dijo esa mujer, que se salió de Nxivm en 2013. Ese mismo año, Kreuk dejó Nxivm y solamente mantuvo un contacto “mínimo” con quienes seguían involucrados en el grupo, según dijo la actriz el año pasado en sus redes sociales.

Mack se empezó a quedar sin amigos.

“Pasó de ser una amiga increíble y maravillosa a alguien con el cerebro lavado y no sabía cómo recuperarla”, dijo Frank Martorana, quien fue su confidente durante varios años.

Su relación se deterioró después de que Mack lo invitó a un evento de reclutamiento de Nxivm en Los Ángeles. “Honestamente nunca me he sentido tan presionado en mi vida”, dijo Martorana. “Entiendo cómo se dejó llevar por esa corriente”.

Mack se sumió en las filosofías de la organización. Para 2014 estaba ayudando a crear un sitio web noticioso de Nxivm con la intención de quitarle el “sesgo” a las noticias.

Un año después, de acuerdo con los fiscales, se formó una sociedad secreta dentro de Nxivm llamada DOS —un acrónimo de una frase en latín que puede traducirse como “Dominio de las Acompañantes Femeninas Obedientes”— en el que las mujeres debían cumplir lo que ordenara su amo y se les obligaba a tener una relación sexual con Raniere.

Los procuradores afirman que Mack buscaba a mujeres vulnerables dentro de Nxivm con la excusa de que así conseguirían empoderamiento, las hacía adelgazar y dejar de comer hasta que cumplieran con el ideal sexua de Raniere y las amenazaba con liberar el “colateral” e información comprometedora si decían algo o buscaban salirse.

Mack parecía estar enamorada de Raniere, según exintegrantes del grupo.

Pero Raniere, quien enfrenta cargos que incluyen tráfico sexual y coerción de una menor para realizar actos sexuales, ahora está solo en el banquillo.

En abril, cuando Mack compareció en la corte y se declaró culpable, se disculpó y lloró.

“Creí que la intención de Keith Raniere era ayudar a las personas y que mi adherencia a su sistema de creencias ayudaría a empoderar a otros”, declaró. “Estaba equivocada”.

Con información de: The New York Times

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